Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Luz al final del túnel – Hermann Stangl


Con gran cantidad de señales positivas, que hemos podido apreciar en los últimos días, provenientes de todas partes del mundo, en torno a las acciones que están adelantando los diferentes países, en pro del futuro de la economía mundial, se comienza nuevamente a fortalecer la confianza inversionista.

Estados Unidos, como primera potencia mundial, está implementando un ambicioso plan de rescate, el cual se fundamenta en dos pilares básicos. El primero es volver nuevamente viables a los bancos que están a punto de colapsar, por medio de la inyección de dinero, proveniente del gobierno y del sector privado, para volver líquidos activos que ahora son innegociables. De esta manera se logra oxigenar el flujo de caja del sistema financiero. El segundo pilar es la ejecución de altas inversiones en salud, educación y energía, lo cual generará nuevas fuentes de empleo, las cuales a su vez se encargarán de jalonar la demanda y reactivar nuevamente la economía.

Japón, la segunda economía del hemisferio, está también ejecutando un plan de estímulo económico, el cual cuenta con más de 100.000 millones de dólares, los cuales está destinando a la financiación de empresas con problemas de liquidez, auxilios por desempleo e inversiones en salud para las personas de menores recursos. En la reciente reunión del G20 se logró el consenso de las grandes potencias en torno a realizar fuertes inversiones para reactivar la economía mundial y se sentaron las bases para una profunda reforma del sistema financiero. En este orden de ideas, todo parece indicar que ya existe una «luz al final del túnel». Seguramente el 2009 será el año en el cual el ciclo desacelaratorio tocará fondo, para dar inicio a una nueva tendencia de reactivación y crecimiento económico, a partir de principios o mediados del 2010.

Los gobiernos, por medio de políticas expansivas, son pieza fundamental dentro del esquema de reactivación económico. El gobierno colombiano debe abortar la idea de nuevas reformas tributarias. Es más sensato que piense en mayor austeridad del gasto público, en obras de infraestructura que mejoren nuestra competitividad, y en proyectos de inversión social en educación y salud. El 54% de la población mundial vive sumida en la pobreza, por lo tanto es imprescindible también, que los empresarios adopten estrategias con mayor responsabilidad social, que colaboren a reducir las enormes brechas sociales.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
www.stangl.com.co

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