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Mario Alberto Torres Forero es un Contador Público colombiano. Tiene 38 años y su espíritu aventurero lo puso a competir en uno de los mejores realities a nivel mundial: Amazing Race. Junto a su prometida, Melissa, tuvo la oportunidad de conocer lugares emblemáticos e inolvidables de Argentina, Brasil, Perú y Chile.
Las Cataratas de Iguazú, el estadio del Gremio en Brasil, el Museo de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, el Cerro Aconcagua, cruzar la Cordillera de los Andes, el Cerro Concepción de Valparaíso y el Barrio Chino en Perú, fueron algunos de los lugares que quedaron grabados en su mente. actualicese.co dialogó con él sobre esta inolvidable experiencia.
Mario, ¿Qué enseñanza te dejó este concurso para aplicar a tu vida profesional y personal?
No vuelves a ser el mismo, el ritmo de lo que ahora hago lo siento lento, mi percepción de las cosas va mas rápido. Sabía que la vida es muy corta pero ahora lo tengo presente. Un 80% de las cosas que hacemos a diario es rutina, nos volvemos repetitivos y predecibles, después de la agitación de esta carrera necesito cambiar.
¿Qué balance sacas de tu participación en Amazing Race?
Amazing Race aunque sigue siendo un programa de televisión de realidad, se basa en las relaciones de pareja y no en exponer las desgracias de los participantes para deleite de los televidentes a cambio de una promesa de dinero. Terminé conociendo profundamente a mi pareja, sus temores, sus juicios, su naturalidad y su autenticidad.
¿Cuál fue el momento más impactante de la competencia?
La sobrecarga de adrenalina. Unos tres días antes de la competencia me lesione el muslo. Para que no me sacaran de la competencia fingí caminar derecho y me molestaba bastante. A la partida llegué cojeando, pero al comenzar a correr nunca sentí dolor. Me salió un lindo y dilatado morado, pude ver un doctor cinco noches después y me confirmó el desgarre, así que estuve trepando, nadando, saltando y muchos otros ando por efecto de la adrenalina.
¿Alguna vez pensaste «ya no puedo más»? ¿cuál fue ese momento?
Si hubo un momento que me desgasto lo suficiente para no querer continuar en la carrera. Por razones del acuerdo de confidencialidad no lo puedo hacer público.
¿Qué lugar de los países que alcanzaste a recorrer recordarás toda la vida?
No fue un lugar lo que me impacto, fue la gente de Brasil. Es un rebose de sonrisas, de ganas de vivir, de naturalidad y de sensualidad.
¿Sentiste algún tipo de temor? ¿Cuál?
El peso de los años es una carga muy mezquina, hubiese querido correr con 15 años menos. Tu mente dice “vamos” pero tu cuerpo se resiste a la altura del rapel de Iguazú o a saltar al helado océano pacifico.
¿Piensas que pudiste haber dado más o te entregaste al máximo?
Mucho más. Cuando ves el programa recostado en un sofá te burlas de las malas decisiones de los participantes y exclamas ¡bruto! por qué no hizo eso, o te vanaglorias con frases del tipo “yo hubiese”. La realidad es muy distinta cuando estás allá, el ritmo al que te someten, las pocas horas de sueño y muchas de espera, te lleva a cometer errores, a no poder descansar pensando en ellos y a agotarte en el ritmo de filmar un programa de televisión. Eso fue más difícil de superar que las pruebas de la competencia.
Esperabas llegar un poco más lejos o la competencia estaba muy dura como para haber llegado un poco más allá
Salimos en el quinto capítulo. Una mala decisión en el barrio chino de Lima, más el abatimiento que teníamos, me privó llegar más lejos. Hablo en singular porque mi pareja ya no quería estar más en competencia. Esta carrera no es de agilidad ni de fuerza física, es de aplomo y aunque suene simple, de poder leer las pistas con calma.
Podemos afirmar que Mario era uno antes de estar en Amazing Race y hoy es otro después de la competencia
Una charla con el presentador Harris Whitbeck, en Bogotá, dos meses después de la competencia, le conté que en definitiva me dedicaría a hacer lo que quiero, por pasión y no por obligación y que la carrera fue el impulso necesario para sacudirme de la rutina en que vivía. “Ese es el verdadero premio de Amazing Race”, me contestó y tiene toda la razón.
Tu eres Contador Público, ¿qué tan presente está tu carrera en tu vida? ¿la ejerces?
Si, aunque la única experiencia que no he tenido como Contador es la teneduría de libros. Para todo lo demás existe la formación integral que obtuve y en la búsqueda del manejo de tecnologías de información y comunicación para propósitos profesionales me pude resolver la vida a punta de competencias contables.
Muchos contadores afirman que en la profesión no hay unión, desde tu punto de vista, ¿qué se debe hacer para mejorar este aspecto?
No creo que sea un mal de nuestra profesión, creo que es general. Desde los recicladores hasta las altas cortes todos tenemos intereses mezquinos y nos volvemos radicales al defenderlos. Desde que era estudiante el dilema era si Adaptar o Adoptar, al fin se decidieron por Convergir que es un poco de ambas. Para mis intereses tendré mejores prácticas para incursionar en la exportación de servicios contables pero en general creo que seguiremos tan apáticos en nuestro gremio como hoy lo estamos.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
