Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Mario Valencia – reforma tributaria


Mario Valencia – reforma tributaria
Actualizado: 9 marzo, 2021 (hace 3 años)

1) ¿Llegó la hora de cobrarle impuestos a las plataformas digitales (grandes ganadoras en la pandemia) para incrementar el recaudo?
Sí, es necesario hacerlo. Pero, hay una dificultad grande y es que cuando se habla de impuestos a las plataformas digitales se piensa en gravar a los consumidores de las mismas. Yo creo que es equivocado, debería pensarse en gravar las ganancias de los dueños de las plataformas. Infortunadamente países como Colombia no cuentan con mecanismos eficientes para conocer a los beneficiarios finales que son las personas dueñas de estas aplicaciones, que muchas veces están registradas en guaridas financieras. Lo que se debe grabar de las plataformas es la renta que generan, no el consumo.

2) El Gobierno no es muy amigo de quitarle beneficios a las empresas, lo que se traduciría en no eliminar exenciones tributarias. ¿Qué opina?

Hay que hablar en general de los gobiernos anteriores. En Colombia hay más de 230 tipos diferentes de exenciones tributarias creadas hace más de cinco décadas que nunca, nunca se han evaluado. Es decir, es legítimo que el Estado otorgue beneficios a cambio de -al menos- dos contraprestaciones: crear empleo y hacer inversión. Pero no tenemos ni la más mínima idea sobre si estas exenciones han tenido una retribución de este tipo por parte de las empresas. A juzgar por la precariedad del mercado laboral parece que no. Sin embargo, las exenciones se mantienen y cada gobierno las incrementa de acuerdo a criterios estrictamente políticos. Por ejemplo, el gobierno de Duque las aumentó en $ 10 billones en la reforma aprobada en 2019, que se suman a los $ 17 billones que ya se tenían de pérdida de recaudo para la sociedad.

Con absoluta rigurosidad se puede decir que este costo fiscal es resultado de acuerdos políticos. En este sentido, eliminarlas será muy complicado, porque se perderían los apoyos financieros de las campañas de más de un politiquero.

3) ¿En la próxima reforma tributaria se debe pensar en cobrar más impuestos o ampliar la base de quienes contribuyen? ¿Cuál sería la mejor estrategia?

Es cierto que Colombia necesita una reforma tributaria. Lamentablemente si se presenta y aprueba en 2021, no será la reforma tributaria que necesite el país, sino la que es el resultado del cálculo electoral de 2022. Así las cosas, el mejor escenario es que no haya reforma tributaria este año. Es el mensaje en el que hemos coincidido diversas organizaciones académicas, entre ellas Cedetrabajo. Ahora, el país sí necesita una reforma estructural que revierta la condición regresiva de la tributación. En Colombia paga más impuestos un profesor universitario que un especulador financiero. Esto se corrige gravando con más severidad a la renta financiera, con tarifas marginales muy altas al 1 % más rico de la población e incrementando controles a los flujos financieros ilícitos, que no es otra cosa que facturación fraudulenta que las autoridades no supervisan.

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4) ¿Se puede evitar una reforma tributaria si se persiguiera efectivamente a quienes evaden impuestos?

No solo una, sino varias. Pero no solamente persiguiendo a la evasión, sino también la elusión. Las empresas que operan desde territorios con alta opacidad financiera, como Panamá, algunos estados en Estados Unidos, Islas Caimán, entre otras, tienen carta blanca para hacer planificación tributaria y pagar menos impuestos o no pagarlos. Lo que es claro que es que Colombia necesita tener un recaudo mucho mayor, si quiere resolver las necesidades de competitividad y bienestar social. Otra discusión sería que si se aumenta el recaudo también lo haría los negociados. Serán dos retos pendientes del próximo gobierno.

5) En Colombia, toma fuerza la idea del IVA para toda la canasta familiar, la cual afectaría a la clase media y a los más necesitados. ¿Qué piensa al respecto?
Pienso que sería una pésima decisión, pero lamentablemente las medidas económicas del país no se toman por ser buenas o malas para el crecimiento económico, sino de acuerdo a cálculos políticos. Imagínese que en medio de la peor recesión económica que haya vivido el país en la historia conocida, la única idea que se les ocurre a los genios que manejan la economía es restarle recursos al consumo de los hogares. En cualquier curso de introducción a la economía habría que ponerle cero a quien la presente como un camino de reactivación. Pero, además, los profesores Garay y Espitia han mostrado análisis muy serios en que el 44 % de ese recaudo adicional lo pagaría la clase media y solo el 11 % lo harían lo ricos. Nadie sensato pensaría que la recuperación debería estar soportada en que desaparezcan los ricos, pero tampoco creo que sea buena idea desaparecer a la clase media. En este escenario, la mejor propuesta es que no haya reforma tributaria. Si el Estado necesita más recursos, hay otras formas de obtenerlos: una de ellas es la emisión.

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