Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Mejores políticas para mejores vidas


Durante el proceso de acceso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE–, o el club de las mejores prácticas, como generalmente se le conoce, Colombia logró avances importantes en varios frentes, entre los cuales están la elección con período fijo de los superintendentes (financiero, de comercio y de sociedades); la aprobación e implementación de la política de mejora regulatoria; la realización del censo agropecuario; la creación del impuesto al carbono y a la utilización de bolsas plásticas; la regulación del uso de sustancias químicas; el fortalecimiento de normas contra la contratación informal de trabajadores y la protección de sindicalistas, entre otros.

Con la adhesión formalizada en mayo del 2018 y ratificada en enero del 2019 por el Congreso a través de la Ley 1950 de 2019, el Estado colombiano asumió compromisos posacceso en siete de los veintitrés comités sobre los que debería estar trabajando.

La carta que Ángel Gurría, secretario general de la organización, le envió al presidente Duque hace unos días, volvió a poner a la OCDE en la mira de los colombianos. Los medios resaltaron los comentarios positivos de la organización respecto al Plan Nacional de Desarrollo –PND–, e igualmente las felicitaciones dirigidas al presidente por el trabajo técnico y el proceso de consulta, tanto a nivel nacional como subnacional, y por la alineación del PND con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. No obstante, estos no fueron los únicos mensajes de la carta. Hay otros tres menos noticiosos, pero no menos importantes.

En primer lugar, la OCDE se puso a disposición del Departamento Nacional de Planeación para colaborar con la implementación y el monitoreo a la ejecución del PND. En segundo término, destacó la reforma a las telecomunicaciones que viene impulsando el Gobierno, por su impacto en términos de competencia, productividad e inclusión social. Y, finalmente, el secretario general le dejó saber al presidente Duque que en París siguen pendientes de los trámites legales que permitirán finalizar el proceso de adhesión, y que es ideal que dicha ratificación se dé antes de la reunión ministerial del 22 de mayo de 2019.

Los mensajes del secretario general al presidente Duque son un recordatorio del valor que tiene para el país ser parte de la OCDE. Nada resume mejor los beneficios del acceso como el lema mismo de la organización: “Mejores políticas para mejores vidas” (“Better policies for better lives”). Además de la confianza que genera ser miembros de la OCDE para atraer mayor inversión y desarrollo, el acceso implica reconocer la mejora continua de las políticas públicas como un medio necesario para la también mejora de las condiciones de vida de los colombianos. Se trata de realizar un esfuerzo deliberado por contar con más y mejor evidencia, y de intercambiar buenas prácticas con los mejores.

Es fundamental que se surtan los pasos pendientes en el proceso de ingreso a la OCDE. Aún falta que la Corte Constitucional avale la Ley 1950 que ratifica la adhesión, y que en el Congreso se tramite el Acuerdo de Privilegios e Inmunidades que soportaría normativamente la misión permanente que representará al país ante la organización en París.

Colombia no puede perder el trabajo realizado durante años para pertenecer a la OCDE, y mucho menos desaprovechar la oportunidad de contar con buenas políticas para mejorar la calidad de vida de la población. El país está atrasado en el cronograma. Es hora de ponerse al día.

Rosario Córdoba Garcés
Presidente del Consejo Privado de Competitividad

Rosario Córdoba Garcés

Economista y Magister en Economía de la Universidad de los Andes. Actualmente se desempeña como presidente del Consejo Privado de Competitividad

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