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Mentiras, el arte de descubrirlas mediante señales corporales y verbales


Mentiras, el arte de descubrirlas mediante señales corporales y verbales
Actualizado: 12 febrero, 2015 (hace 9 años)

Tragar saliva, levantar las cejas, arrugar el ceño y hasta morderse los labios pueden ser sinónimos de decir mentiras. Rita Karanauskas es una experta en detectarlas, sin embargo afirma que hay unas tan bien estructuradas que son difíciles de detectar, y no se ven a simple vista.

El nombre de Rita Karanauskas tomó fuerza hace unos años después de haber sido contactada por el ex fiscal del caso Colmenares, para que junto a su equipo de peritaje colaborara consolidando las pruebas de su investigación. Sí, en pocas palabras ella es una ‘caza mentiras’.

Karanauskas es una colombiana de origen lituano. Estudiante del Paul Ekman Group, cuyo fundador es el Dr. Paul Ekman, autoridad mundial en la ciencia de la lectura de los gestos faciales y microexpresiones, y consultor científico de una serie televisiva que generó muy buenos comentarios años atrás llamada Lie to Me.

Ella trabajó en sistemas financieros por más de diez años y le llamó la atención ver lo fácil que los empleados podían engañar a los clientes. «En ese momento nació mi inquietud. Luego me desempeñé como jefe de un grupo de ventas y me extrañó que los vendedores me mintieran con tanta frecuencia sin que yo me diera cuenta», afirma.

Trabajando de forma independiente, se especializó en asesoría de imagen en Estados Unidos y una de las materias que debía cursar era lenguaje corporal. «Quizás por casualidad se empezaron a cruzar por mis manos libros que tocaban el lenguaje corporal engañoso, y esto, sumado a mi inquietud de años anteriores dio como resultado una exhaustiva investigación y especialización en las técnicas de detección de mentiras», dice Karanauskas.

Puntos claves a la hora de detectar mentiras

“detectar una mentira requiere un estudio profundo y concienzudo. No existe ninguna señal que por sí misma indique contundentemente que una persona miente.”

Para ella, detectar una mentira requiere un estudio profundo y concienzudo. No existe ninguna señal que por sí misma indique contundentemente que una persona miente. Sin embargo hay algunas señales de alerta con las cuales se puede estar pendiente.

«Observar si existen contradicciones entre nuestras palabras y nuestro cuerpo. Lo anterior quiere decir que mis palabras dicen “te quiero”, pero mi cabeza hace el signo de negación. Otro punto a tener en cuenta es el lapsus linguae, que son equivocaciones inconscientes al hablar. Por ejemplo, el presentador que dice “buena muerte para el cantante” y lo que realmente quería decir era “buena suerte para el cantante”».

Las manifestaciones corporales precedidas, por ejemplo, por una pregunta comprometedora, son otra forma de detectar una mentira. El cambio de color súbito en la cara, la sudoración copiosa y tragar saliva son las que comúnmente se observan.

Cuando se le pregunta por las mentiras que a nivel laboral más inventan los empleados colombianos a sus jefes confirma que la más común es que el cliente no está interesado en el producto, y realmente lo que ocurre es que el vendedor nunca lo visitó. De igual manera, afirman que están enfermos en la casa, y la verdad es que tienen guayabo; están en un trancón y no alcanzo a llegar a la oficina.

Definitivamente al hacer un ranking de las tres mentiras que más dicen los colombianos, afirma que son: «estoy en un trancón», «en este instante estaba por llamarte» y «te llamo para que nos veamos la próxima semana».

En términos generales, y desde su punto de vista, los hombres mienten más que las mujeres, particularmente en asuntos relacionados con poder y status. «Por ejemplo, los hombres son más dados a exagerar el sueldo que se ganan o los carros que tienen. Las mujeres, en cambio, tienden a mentir en primera instancia para proteger a terceros, como cuando un hijo saca malas notas y la mamá encubre este hecho frente a su papá para que este no castigue al niño», dice.

Los hombres a su vez son más “elementales” a la hora de mentir. «Yo diría que utilizan pocas estrategias, en cambio cuando las mujeres mienten y engañan en beneficio de sí mismas – no para proteger a terceros – son absolutamente manipuladoras y complejas».

A su vez, las mujeres son mejores detectoras de mentiras, ya que la naturaleza las ha dotado evolutivamente de una comprensión instintiva del lenguaje corporal, que les es necesaria para la comunicación con sus pequeños bebés. Y esta misma habilidad la pueden hacer extensiva para la detección de mentiras.

Detectando mentiras, ¿con solo leer el rostro?

“para detectar una mentira es necesario armar el rompecabezas con fichas del lenguaje verbal y el no verbal”

Karanauskas afirma que para detectar una mentira es necesario armar el rompecabezas con fichas del lenguaje verbal y el no verbal. «Una sola señal, ya sea en el lenguaje hablado, en la cara o en el cuerpo no es determinante. Debemos apoyarnos en muchas fichas o señales de alerta».

Una de las herramientas más usadas a la hora de detectar mentiras es el polígrafo. Se trata de una máquina que está siendo accionada por un ser humano o poligrafista. «En ese sentido, todo sistema en el cual interviene un ser humano tiene un margen de error. En este caso, por ejemplo, el poligrafista pudo haber calibrado mal la máquina o hacer preguntas que no resulten concluyentes, interpretar erróneamente los resultados, etc».

Y sobre la frase que dicta «más rápido cae un mentiroso que un cojo», dice que no es verdad. «Hay mentiras tan bien estructuradas que son particularmente difíciles de detectar, y no se ven a simple vista».

Finalmente, afirma que el proceso de detección de mentiras es complejo. «En los casos difíciles relacionados con escenarios judiciales yo manifiesto “señales de alerta” de posibles mentiras. Para esclarecerlas se busca evidencia adicional o bien se formulan preguntas al sospechoso que aclaren esas señales», afirma.

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