Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Alfredo Lewin, ex miembro de la comisión que estudió la reforma tributaria, dijo en Actualícese que el país debe incrementar el recaudo anual por lo menos en 5 o 10 billones de pesos, lo que debe ir de la mano con la modernización de la Dian y la construcción de una mayor cultura tributaria.
Alfredo Lewin, ex decano de la facultad de derecho de la Universidad de los Andes, socio fundador de Lewin & Wills Abogados, y quien fuera miembro de la comisión de expertos que analizó la reforma tributaria estructural, antes que esta se aprobara, entregó su punto de vista a Actualícese sobre el actual modelo fiscal colombiano.
Lo ideal es que cada haga durante su período una sola reforma tributaria, de esta manera los ciudadanos y las empresas tendrían un entorno de mayor estabilidad. En Colombia lamentablemente el promedio en los últimos 20 años es de una reforma tributaria cada dos años, y en algunos gobiernos más de dos reformas.
Las circunstancias y necesidades económicas presupuestales, políticas y sociales son permanentemente cambiantes y dada la importancia e incidencia del tema impositivo, es natural que cada gobierno plantee lo que estime más adecuado. Sería ideal que cada reforma se diseñara, construyera y aprobara, de tal manera que conforme un marco normativo claro, sencillo, adecuado, eficiente y sólido para que se respete y aplique en todo el período del gobierno.
Bajo los criterios anteriores, sí creo que será necesaria una nueva reforma tributaria, ojalá no en 2018 sino en 2019, de acuerdo a cómo se desarrollen las circunstancias económicas, presupuestales y políticas. Ojalá esa nueva reforma atienda aspectos como la competitividad empresarial y plantee solución a las necesidades fiscales del «posconflicto», que en mi opinión son irreversibles, independientemente de quien conforme el nuevo Gobierno.
Un aspecto central que no debería aplazarse ni supeditarse, sino ser acogido con urgencia como política prioritaria de Estado, es la necesidad de que se fortalezca y modernice la Dian, y que se convierta en una entidad con altos niveles de excelencia y efectividad que pueda garantizar la aplicación justa, objetiva, eficiente y adecuada de las normas y evite arbitrariedades y cargas innecesarias a los contribuyentes. Esto es mucho más importante que volver a focalizar la atención en aspectos normativos.
Este año se ha venido trabajando en la reglamentación y puesta en funcionamiento de los principales aspectos contemplados en la reforma de 2016, pero aún falta. Antes que culmine el año debería terminar la fase reglamentaria. Además, muchos de los aspectos contemplados en la reforma requieren del fortalecimiento de la Dian.
Es indispensable, insiste Lewin, hacer un buen seguimiento, más que en la reglamentación, en el tema de administración. Aun si el país contara con el mejor marco legal y las más adecuadas instituciones legales tributarias, en lo que estamos muy lejos, sin una administración que cuente con los mejores recursos humanos y tecnológicos es poco el avance que podría lograrse. Una eficaz administración probablemente podría significar la posibilidad de la reducción de las tarifas tributarias, frente a las actuales, en por lo menos un 10 % o 15 %.
Es muy temprano y prematuro juzgar y evaluar los alcances de la reciente reforma. Parece inconducente comenzar a hablar de una nueva reforma tributaria antes de conocer y evaluar los efectos de la adoptada hace apenas 10 meses.
En materia tributaria el país debe tener claro que las cargas de las empresas se deben reducir para que más personas tengan empleo, para que de esta forma participen en una economía más formalizada y contribuyan con el Estado en mayor medida. Al día de hoy, de las más de veinte millones de personas en edad productiva, solo declaran y pagan impuestos unos dos millones.
En una nueva reforma tributaria deben estimularse las actividades empresariales, la creación de empleos, la producción, exportaciones, importación de bienes de capital, innovación, creación y aplicación de nuevas tecnologías, y en general promover un crecimiento económico con menores gravámenes, pero por supuesto, teniendo el rigor, cuidado y la responsabilidad de compensar lo que esto signifique en recaudos tan necesarios en una sociedad con tantas necesidades como la colombiana.
El país requiere en los próximos años seguir avanzando en reducir la carga impositiva, pero sobretodo en hacer más transparente, eficiente y progresivo el gasto público. Por otro lado, debe incrementarse el recaudo anual en por lo menos 5 o 10 billones de pesos más. Esto no podrá lograrse sin la modernización y fortalecimiento de la Dian, la construcción de una mayor cultura tributaria y la continua revisión del régimen actual que sigue teniendo unos privilegios y tratos especiales injustificados.
Entiendo que el mayor recaudo del IVA es el que compensa de alguna manera los recaudos tributarios totales. En conjunto se obtendrá este año un incremento de dos o tres puntos porcentuales superiores a la inflación prevista. El bajo crecimiento económico de este año, pero particularmente del primer semestre debido a diferentes factores, afecta el recaudo. Ojalá el repunte del segundo semestre sea fuerte y sostenido. Si no se hubiera adoptado la reforma tributaria de 2016, en la cual se redujeron las cargas del impuesto a la riqueza para las empresas y la carga acumulada de impuesto de renta y CREE, el recaudo y situación económica de este año serían peores y probablemente la reacción de las calificadoras internacionales hubiera generado problemas adicionales.
No me parecería adecuado, ni sería un buen precedente, que transitoriamente se adopte una reducción del IVA, lo cual, entre otras razones, no podría ser adoptado por el Gobierno, sino que requeriría la aprobación del Congreso.
Dicho de una manera muy sencilla y básica, un sistema tributario no regresivo es aquel en el cual las personas que tienen una misma capacidad económica asumen la misma carga tributaria y aquellos que tienen mayor capacidad económica asumen una mayor carga tributaria. Es regresivo si la carga efectiva no aumenta proporcionalmente con el aumento de la capacidad económica. Esta reforma tributaria avanzó bastante en la simplificación del régimen de impuestos de las personas naturales y un poco también en la progresividad, pero en el futuro se puede avanzar más.
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