Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Daniela Díaz Quijano, directora para Colombia y Venezuela de TMF Group, entidad que elaboró el Índice de Complejidad Financiera para el 2017, habló en exclusiva con Actualícese sobre la realidad del sistema tributario nacional y cómo este afecta a quienes piensan invertir en el país.
Realizar tantas reformas seguidas genera desconfianza ya que constantemente se les está cambiando a las empresas las reglas de juego en materia tributaria. Cada reforma le puede conllevar mayor carga impositiva afectando sus resultados y sus proyecciones futuras.
Así mismo, genera confusión, ya que la redacción de los textos de las reformas no es de fácil interpretación y adicionalmente contienen errores de transcripción. Esto ha hecho que los contribuyentes deban acudir a la autoridad tributaria solicitando conceptos que aclaren diferentes tópicos de la norma.
Es importante resaltar que no son inconsistencias; se presentan diferencias entre los libros contables y las cifras a declarar para efectos fiscales (declaración de renta y complementario). Estas diferencias a lo largo del tiempo han existido y lo que ha sucedido es que, con la adopción de las Normas Internacionales de Información Financiera se hace necesario una mayor cantidad de conciliaciones extra contables que deben realizarse y mantenerse a través de la duración de la compañía, y/o hasta cuando algunas de ellas (las diferencias temporales) se agoten.
Solo para citar un ejemplo, antes de la adopción de las normas internacionales las vidas útiles de los activos fijos generalmente correspondían a las vidas útiles fiscales establecidas en el Estatuto Tributario y así mismo eran los registros contables. Hoy, con la aplicación de las normas internacionales las vidas útiles se determinan de acuerdo al giro normal del negocio, y pueden variar significativamente de las requeridas para efectos tributarios; siendo necesario la conciliación de las diferencias existentes.
El nivel de tributación actual en Colombia es de los más altos del mundo, lo cual desestimula la inversión extranjera. Las empresas multinacionales argumentan que existe una carga fiscal bastante elevada y los tributos no son fáciles de entender. De igual manera, una carga fiscal tan elevada ha impactado negativamente la inversión privada.
La transición hacia Normas Internacionales de Información Financiera en 2016 está facilitando la interpretación de las cifras contables ya que se está utilizando un mismo marco normativo a nivel mundial y, por ende, también se facilita la toma de decisiones.
El estado Colombiano ha buscado disminuir la complejidad fiscal para el inversionista. Recientemente, con la Ley 1819 de diciembre de 2016 se incorporaron cambios que simplificaron algunos tributos, como son la eliminación del impuesto de renta para la equidad –CREE– y cambios importantes en el régimen sancionatorio haciéndolo más equitativo al introducir la reducción de las sanciones tributarias de acuerdo con el grado de lesividad causada por el contribuyente. Otro cambio importante fue la inclusión de ciertos estándares propuestos por el proyecto BEPS de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico –OCDE– que busca controlar la elusión y evasión tributaria internacional.
Actualmente, se está trabajando en la implementación de la facturación electrónica, con lo cual Colombia se encamina hacia la economía digital.
Uno de los mayores inconvenientes que se ha presentado en cada una de las reformas establecidas en Colombia es el tiempo en que se aprueba la ley y su aplicabilidad sin que previamente exista una socialización y enseñanza que permita su cumplimiento, generando así que el contribuyente se enfrente a diversidad de criterios que lo inducen al error y consecuentemente al pago de sanciones.
Por otro lado, y aunque la pasada reforma prometió ser una reforma estructural, algunos cambios que se propusieron en ella continúan aún sin ser reglamentados.
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