Margarita Garrido es una de muchas colombianas que aprovecha los descuentos en los diversos supermercados de la ciudad. Sin embargo, como ella misma afirma, hay que tener «ojo de halcón» para que a «uno no se la hagan».
«Muchas veces en los mejores supermercados uno ve productos extranjeros a precios módicos y uno se anima a comprarlos. Pero señora sorpresa cuando por ejemplo uno se fija en la fecha de vencimiento y solo faltan dos días. Eso es falta de ética por parte del almacén», dice.
En marzo de este año el famoso Revertrex de Amparo Grisales fue sancionado por información engañosa. Tras no encontrar ninguna prueba sustancial, técnica o científica que demuestre que este producto prevenga o retrase la edad, la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, sancionó y ordenó retirar la publicidad donde se mencione que es el secreto de la eterna juventud o cualquier afirmación que no esté científicamente sustentada.
Y hablando de sanciones económicas, la multa para la fabricante y dueña del registro sanitario fue de 3.000 s.m.l.d.v. (unos $56 millones) y para el distribuidor de 2.500 s.m.l.d.v. (poco más de $46 millones). La SIC, luego de investigaciones impuso una multa por $56,7 millones mediante la Resolución 5985 del 16 de febrero de 2012.
Hace poco también estuvo en boca de todos la Cruz de Gólgota. Hoy, otro famoso producto está en la mira. La SIC abrió una investigación en la que Jorgehané Laboratories tendría que responder por presunta publicidad engañosa en la promoción de su producto Reduce Fat Fast.
En una de las propagandas de este producto sale la ex miss universo, Alicia Machado, diciendo que perdió 24 libras después de usarlo y que no volvió a engordar. Agrega que el Reduce Fat Fast “es el producto número uno en el mundo para perder peso de una forma natural por un motivo: funciona”.
¿Cómo se le puede llamar a lo anterior? Quizás como la misma Margarita dice, «falta de ética y no se deje convencer por el rostro de un famoso», también publicidad engañosa o simplemente no cumplir con las promociones. En todo caso hay que cuidarse y no dejar que las grandes cadenas de consumo lo manipulen.
Dinero.com publica una serie de casos que puden ser graciosos, pero que dejan ver de forma clara como las cadenas de supermercados quieren sacar tajada. Así sean $590. Eso fue lo que le pasó a Gabriel Franco quien compró en un establecimiento de Pereira unos ‘nuggets marca Carrefour’ que se anunciaban con un precio de venta de $5.490, pero al revisar su factura, encontró que le habían cobrado $6.080. La firma no refutó las pruebas presentadas por el usuario y le reintegró $590.
¿A quién no le llama la atención una oferta del 50%? Johanne Schaer la quería aprovechar en la compra de la segunda unidad de bebidas lácteas de la misma marca y referencia en Carrefour. Sin embargo, en la letra pequeña de la publicidad decía “no aplica en la sección de perecederos ni leches”. Al encontrar que el cliente estaba en lo cierto, la Superintendencia ordenó hacer efectiva la promoción.
Y para terminar, a Falabella le tocó devolver $144.800 de una bicicleta que compró Leonardo Jiménez por Internet, pero recibió una de otra referencia. Aunque pidió el cambio, después de ocho solicitudes telefónicas no se lo hicieron, lo que le valió a la empresa tener que entregarle el dinero al usuario.