Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Diego Quijano afirma que los contadores públicos también se deben enfocar en las instituciones y la sociedad.
Se está trabajando en llegar a un consenso para aterrizar el código de ética internacional del contador público al caso colombiano.
Se deben presentar cambios alrededor de la Ley 43 de 1990 y recoger el sentir de la profesión para que estos se den.
Diego Quijano, presidente del Comité de reforma a la profesión contable de Bogotá y miembro del comité de expertos del CTCP, destaca en #CharlasConActualícese, el pluralismo y liberabilidad con el cual se ha venido dando el proceso para reformar la Ley 43 de 1990.
«La diferencia que se ha dado en este proceso es la construcción de consensos, lo que es muy enriquecedor para la profesión», afirma este contador público, certificado en IFRS-ICAEW. Ve muy positivo tener la oportunidad de conocer todas las vivencias a nivel nacional y no solo lo que ocurre en Bogotá.
«Hay que destacar la mesa nacional que se ha conformado para discutir todas las ideas planteadas. Hemos escuchado grandes aportes», resalta.
Para Quijano está claro que se debe proteger la contaduría, la fe pública que brindan los contadores públicos. Además, ya es el momento de trascender hacia otras áreas de la contabilidad y no ver únicamente la parte financiera. «Hay puntos que se han quedado en el tiempo, que se deben modificar y en eso estamos trabajando», afirma.
Desde su punto de vista, se debe definir al contador público mirando a futuro, por lo que en las discusiones de las comisiones se ha venido trabajando en las definiciones, el tipo de profesional que queremos ser y las funciones que se deben ejercer, entre otros ítems.
«De igual forma, hay que definir los campos de acción del contador público de acuerdo a su experiencia. Nos identifica la contabilidad pero hay que dar un salto de calidad que vaya más allá de lo financiero, encaminarnos en un enfoque de la sociedad y en las instituciones», puntualiza.
Pero para lograrlo se necesita desarrollar una serie de competencias, tener claro que los contadores públicos requieren de unas horas mínimas de capacitación, así como discutir el tema de la tarjeta profesional.
Hay que estar atentos también a las responsabilidades, derechos y deberes de los contadores públicos. «Necesitamos protección por parte del Estado, pero también cumplir con nuestros deberes y que respeten nuestros derechos».
Quijano, quien es socio presidente de BDO Colombia, enfatiza en que los contadores deben mantenerse actualizados para cumplir con las necesidades que nos presenta la sociedad.
Otro tema que se ha venido discutiendo, es el de los principios alrededor del código de ética para contadores públicos. «La idea es llegar a un consenso de cómo aterrizar el código de ética internacional al caso colombiano. Por lo anterior, se conformó una mesa ética, donde se han venido evaluando los principios, inhabilidades e incompatibilidades», explica.
La gobernanza es otro ítem que se ha venido socilizando en las mesas conformadas, así como la estructura de gobierno de la profesión. Quijano dice que se deben presentar cambios y recoger el sentir de la profesión para que estos se den. La necesidad de una colegiatura es una de las propuestas que se está discutiendo.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
