Está claro y definido para el profesional que ejerce su profesión y se está actualizando constantemente, los ajustes, cambios y correcciones. Estoy segura que se harán sobre la marcha y con mucho estrés por tanto cambio, además de la improvisación y decretos reglamentarios para cumplir a última hora y que el gobierno envía sin previo aviso y que nos pone a correr sin justa causa.
Hay que ponerle la lupa y estar viendo con el espejo retrovisor la Ley del 1990 vs. las nuevas disposiciones decretadas por el gobierno y que suman más al proceso del ejercicio de nuestra profesión. A mi criterio si se deben hacer reformas a la ley que sean coherentes, que se haga con personas idóneas y que vaya en orientación a la nueva perspectiva del Contador Público como un consultor a nivel gerencial.
A mi parecer ha incrementado un poco, no lo suficiente como debiera. Esto se debe a la competencia desleal, porque la oferta ahora es más amplia y se ofrecen más servicios por menos y al contrario, este procedimiento da una impresión no bien vista en los terceros que a veces no saben qué hacer y cuál propuesta elegir (precio vs. calidad). Y se requiere de un contador consultor que asesore al Gerente o a cualquier tercero para tomar decisiones sobre las ofertas de precios y servicios que envían sus mismos colegas. Y otra situación que se presenta y no deja de ser preocupante, que los mismos Contadores y Revisores Fiscales se prestan y ofrecen para ser gestión de consultoría para implementación en NIIF a su propias empresas, con tal de obtener experiencia en las mismas y minimizar los costos de su empresa, cliente o empleadores.