A propósito de la Unidad Gremial – Carlos Humberto Sastoque

Tiene razón el colega Luis Raül

Uribe en sus artículos publicados en “admin.actualicese.co” y “elcatedrático.com” con relación a la necesaria “unidad nacional gremial incluyente”.; Y sé que algunos más piensan como él. Yo, que después de 36 años de trabajar gratuitamente por el gremio contable colombiano, desde varios frentes (y por lo general pagué por trabajar en beneficio de mis colegas), saqué la mano decepcionado por la falta de sinceridad y de honestidad de casi todos los líderes con quienes trabajé y al final me he visto obligado a decir como Bolívar: “aré en el mar”, estoy seguro de que el principal motivo de nuestra actual situación y el desencanto de las bases con sus líderes ha sido que casi todos utilizaron su posición de liderazgo para conseguir beneficios personales y, después de que los lograron, se olvidaron de todas esas cosas tan buenas que predicaban. Ahora están llenos de dinero y bienes. Mientras que yo solo tengo recuerdos y un patrimonio tan pequeño que ni siguiera estoy obligado a declarar renta.

A pesar de lo anterior, todavía guardo una luz de esperanza de que algún día la mayoría de la profesión contable colombiana toque fondo y decida deponer su apatía, sus recelos, su egoísmo y sus intereses personales y se anime a buscar la verdadera unidad gremial incluyente; bien sea alrededor de alguna de las organizaciones existentes o creando una nueva. Pero que no pase lo mismo que con CONFECOP o con CONPUCOL, donde algunos se apoderaron un día de las posiciones de liderazgo no para trabajar de verdad por el bien del gremio contable sino para darse vitrina y obtener beneficios personales (Me refiero a algunos. No a todos).

Hasta hace unos diez años –en medio de las dificultades y de la desunión- se sintió la presencia de un gremio contable fuerte. Pero varios de los más connotados líderes se fueron cansando y abandonando la lucha, por la poco o ninguna colaboración; de las mayorías. Y, de pronto también se cansaron al ver el egoísmo y la falta de sinceridad de muchos de quienes compartían con ellos las posiciones de liderazgo. Para el colmo de males algunos de los más “verraquitos” y respetados se nos han ido muriendo, como: Isidoro Arévalo Buitrago, Edgar Fernando Nieto Sánchez, Miguel Hernán Santana Urrego, Luis Darío Moreno y Ernesto Acosta Rivera. Como dice el chapulín colorado: “¿Ahora quién podrá salvarnos?”

Al revisar los nombres de los presidentes de la mayoría de asociaciones regionales y de otras organizaciones gremiales de contadores públicos, veo que casi todos llevan; 4, 5 y hasta más de 20 años en tales cargos. Y, lo peor: casi ninguna de esas organizaciones ha vuelto a realizar una asamblea de afiliados desde hace bastantes años y tampoco actividad alguna. Se trata de asociaciones de papel que solo se utilizan para darse vitrina y para engañar a la profesión. ¿Será que esa es la clase de organizaciones y de líderes que necesitamos? Aunque la mayoría de esos presidentes han sido amigos míos, no puedo dejar de manifestar –sin necesidad de acabar con la amistad- mi inconformidad por su actitud. Y les ruego que-por el bien de la contaduría pública colombiana- hagan un examen de conciencia y una contrición de corazón y den un paso al costado para que representantes de las nuevas generaciones lleguen a las posiciones de liderazgo y hagan lo que ni ellos ni otros hemos podido hacer.

Y a las nuevas generaciones de contadores públicos las invito a que no sigan esperando a que llegue el mesías prometido, que seguramente no llegará, sino que tomen en sus manos las banderas de nuestra profesión y la salven antes de que sea tarde.

Ánimo Luis Raúl que todavía hay colegas como Hernán Rodríguez (de Cartagena) y otros que se preocupan por el gremio contable y seguramente están dispuestos a acompañarlo en sus buenas intenciones. ¡Ni un paso atrás!

Autor:

C. P. Carlos Sastoque M.
<carsastoque@yahoo.com>