Oswaldo Pérez, socio de impuestos y servicios legales de KPMG afirma en entrevista con Actualícese que los impuestos deben ir a la vanguardia de la economía mundial. A propósito, destaca los acuerdos de doble tributación que los países firman con otras jurisdicciones.
Para el contador público y socio de impuestos y servicios legales de KPMG Oswaldo Pérez incentivar la creación de empresas, combatir la evasión y la elusión, así como combatir la corrupción, es lo que haría de Colombia un país mucho más viable desde el punto de vista económico.
El recaudo no es el único factor que observan quienes elaboran la calificación crediticia de Colombia. Otros factores como la migración venezolana, la volatilidad del dólar y las medidas contra la corrupción también cuentan. Ahora bien, la reforma tributaria no debió haber afectado el recaudo, puesto que, si bien hubo beneficios tributarios, como la disminución de la tasa del impuesto de renta para personas jurídicas, hubo también algunas medidas que se supone incrementarían el recaudo, como elevar la retención sobre los dividendos.
Es posible. La economía es muy dinámica y los impuestos deben ir a la par de ese dinamismo. Hace pocos años no imaginábamos que los avances tecnológicos iban a impactar el comercio de la forma en la que hoy lo hacen. Ahora se puede comprar todo lo que uno necesita desde el celular, se puede prestar un servicio sin moverse de casa, se pueden hacer transacciones financieras sin ir al banco…
Todo esto hace que los impuestos, igualmente, sean dinámicos, más aún cuando otros países cada vez regulan en mayor medida el comercio electrónico y, a veces, se ven posiciones fiscales agresivas que si no están blindadas con acuerdos de doble tributación pueden afectar a un contribuyente de una determinada jurisdicción.
Las ideas iniciales propuestas por el Gobierno eran buenas, pero al no tener una estrategia adecuada de divulgación o comunicación asertiva, le otorgó la oportunidad a sus opositores de hundir algunos temas que se habían plasmado en el primer borrador.
Se debe tener en cuenta que era un Gobierno nuevo, que no tenía más de cinco meses de ser elegido. Creo que era un tiempo muy corto para analizar los temas a fondo y poder hacer una reestructuración fiscal más adecuada a las circunstancias. Cabe destacar que las dos últimas reformas han tratado de reglamentar temas que, por el mismo dinamismo de la economía, habían quedado con algunos vacíos jurídicos, y daban para varias interpretaciones.
Es preciso reconocer a los funcionarios públicos, algunos desconocidos hasta hoy, que participaron en estos procesos y pusieron su conocimiento profesional al servicio del país, obviamente, con algunos inconvenientes.
Las exenciones tributarias en teoría persiguen beneficiar alguna actividad económica reactivándola, porque podría estar rezagada. Un buen ejemplo son las exenciones hechas a los hoteles en su momento, las cuales podrían haber sido criticadas por algunos, pero hoy tenemos infraestructura hotelera para promover el turismo, promover reuniones regionales de multinacionales en nuestro país, se ha generado empleo directo e indirecto, en fin, un sinnúmero de ventajas que quizá son más beneficiosas para el país.
Querer hacer un recaudo de impuestos sobre una utilidad que no existiría si no se otorgaran estos beneficios fiscales es un mecanismo que solo conduce al fracaso, por lo que afirmar que no son tan convenientes puede no ser tan cierto.
Sí. El Plan Nacional de Desarrollo –PND– trajo algunas modificaciones en materia fiscal y corrigió algunos errores de la Ley de financiamiento. Por ejemplo, la corroboración del hecho de que los aportes al fondo de pensiones y a las cuentas AFC continúan tratándose como rentas exentas, algo que había quedado en duda con la redacción de la reforma. De otra parte se adicionó que los dividendos que se distribuyen dentro de los grupos empresariales o dentro de sociedades en situación de control no tendrían retención. En la reforma pasada no se había hecho mención de las sociedades en situación de control.
Igualmente, se adicionan o modifican algunos beneficios fiscales como el crédito fiscal, descuentos y donaciones para proyectos de investigación y desarrollo tecnológico, deducción por donaciones, etc. Así las cosas, pareciera que sí tuvimos cambios tributarios.
Todo en conjunto es necesario: incentivar la creación de empresa, combatir la evasión y la elusión y, lo principal, enfrentar la corrupción, es lo que haría de este un país uno más viable desde el punto de vista económico.