Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Para la puesta en marcha del proceso de convergencia, una de las tareas fundamentales es la realización de un manual de políticas contables que guíe la aplicación del Estándar Internacional en una entidad específica; en este post recordamos los elementos mínimos a tener en cuenta para redactarlo.
Las políticas contables que se construyen al interior de las entidades que adelantan su proceso de convergencia, deben elaborarse con el fin último de orientar a los preparadores y usuarios de la información financiera sobre el tratamiento y significado de los hechos económicos que se llevan a los estados financieros; por tanto, deben ser redactadas con la mayor claridad posible y es recomendable utilizar una estructura que sea genérica.
En tal sentido, lo primero que debería contener una política contable es una explicación del hecho económico o de la transacción sobre la cual versa dicho texto; por ejemplo, una política sobre ingresos tendrá que especificar aspectos como la explicación de la actividad a la que se dedica la entidad, si vende mercancías, presta servicios, arrienda activos, si lo que hace es comprar y vender inmuebles, o si ejerce una actividad agrícola, etc. De tal manera, no tiene ninguna razón de ser el establecimiento de políticas sin detalle del tipo de operaciones a las que serán aplicables.
Cabe señalar que la primera parte de una política contable que siempre será necesaria es una explicación, clara y concisa, sobre lo que se está politizando en ese apartado; si se indica entonces que la entidad se dedica a la comercialización de cierta mercancía, el paso a seguir es precisar la forma en que lo hace: si es de contado, a crédito, con pagos a cuotas, qué políticas de descuentos se manejan, etc.
Una vez realizada esta primera fase de ambientación, se debe indicar a qué tipo de transacciones aplica la política y paso seguido se puede proceder a especificar otras cuestiones, como el reconocimiento, medición, información a revelar de la transacción y cómo esta podrá verse en unos estados financieros.
Si se hiciera una tabla de contenido de una política contable, sería la siguiente:
Estos son unos puntos básicos, pero puede incluirse cualquier otro que se considere relevante para delimitar el hecho económico susceptible a la evaluación de la política que se redacta y la forma como este afecta los estados financieros.
Ahora bien, es importante tener presente que no todas las políticas van a abordar las mismas temáticas propuestas en la anterior tabla de contenido, pues si se está escribiendo por ejemplo sobre la política de presentación de estados financieros, donde se determina cuándo se considera que un activo es o no corriente, cuál es el modelo que va a utilizar para el estado de situación financiera, etc., no habrá lugar a la aplicación del enunciado modelo; este será útil para todos los elementos del activo, pasivo, ingresos y gastos.
Si bien las políticas contables deben definir muchos aspectos no regulados o específicamente delimitados en el Estándar Internacional, para poder construirlas es de suma importancia seguir al pie de la letra las indicaciones del Estándar vigente; para tal fin el preparador deberá estudiar el Decretó Único Reglamentario 2420 del 2015 y sus modificaciones en el Decreto 2496 del mismo año. El anexo específico a seguir dependerá de la categoría a la cual pertenezca la entidad sobre la que se adelanta el proceso de convergencia, así:
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
