Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Por qué damos por hecho que la corrupción forma parte de nuestra vida? – Javier Mazo


Autor: Javier H. Mazo

Leyendo foro de discusión , en actualícese.com, me encuentro con la pregunta:

¿Dónde cree que hay más corrupción, en el sector público o en el sector privado?

Me sorprende la pregunta, no por aquello de la “corrupción”, sino por la significación que subyace en la pregunta, porque de hecho se está dando por cierto, evidente y común que la corrupción existe y es parte de nuestro común vivir, como si esto no importara, como si fuera un patrimonio de los sectores o un quehacer más de los mismos.

Lo ideal fuera que la pregunta no se tuviera que hacer o nos preguntáramos: ¿Cómo hacer para que la corrupción no exista en los sectores públicos y privados? Y aquí habría que apostarle a la ética profesional, a fortalecer valores y conservar principios que han sido patrimonio de la humanidad y que hoy se encuentran en el “cuarto de San Alejo” a la espera de que los revindiquemos y entren a formar parte de los activos en el balance de nuestro diario laborar profesional.

¡Qué hermosa y placentera sería nuestra convivencia social sino existiera la corrupción en lo público y privado! Seguro estoy, disminuirían los asesinatos, la población carcelaria mermaría; habrían menos viudas y viudos, huérfanos y huérfanas; menos esposas, esposos, niños y niñas desamparadas y en cambio tendríamos más educación, salud, bienestar en la primera infancia, infraestructura y mayor riqueza social.

El anterior planteamiento no es un sueño, no es un imposible y mucho menos una utopía, sencillamente, es un posible más allá del anhelo, es un problema de decisión, de voluntad, de disciplina, de principios y valores.

No esperemos que otros lo hagan, empecemos hoy, si en este momento en Colombia en cada municipio una persona lo hiciera, tendríamos más de mil personas afiliadas al “club de la honestidad” y si cada día se repitiera la inscripción del mismo número de seguro nuestro club recibiría tantos socios como sueños tenemos de una sociedad sin corrupción.

La decisión es suya, ¿Qué espera?

Hasta pronto

Javier H. Mazo M.

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