Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Podría decirse que Hernando Ruíz López, ex Superintendente de Supersociedades, está siendo visto con lupa ya que no encontró sospecha alguna sobre la conducta empresarial de los Nule. Al menos eso se puede concluir después de escuchar al funcionario en entrevista con La W.
Ruíz López aseguró que hay tres niveles de control y vigilancia frente a las sociedades colombianas. Ellas son inspección, vigilancia y control. «Hay supervisión sobre mas de 35.000 empresas en el país y se apoya en el analisis de los estados financieros que las empresas reportan anualmente», afirmó.
Agregó que las empresas de los Nule cuando reportaban su informacion financiera nunca se presentó ninguna anomalía, porque las empresas contratistas manejan un nivel de activos relativamente bajos y su actividad económica se apoya en los contratos que consiguen.
«Las empresas del grupo Nule recibieron toda la atención de Supersociedades al punto que en el año 2009 cuando no se vislumbraba el problema, se estaban haciendo investigaciones al respecto», aseguró el ex Superintendente.
Cabe recordar que la única forma que tiene Supersociedades de realizar controles es por medio de los Estados Financieros de las empresas. Lo que significa que en el 2009 se estaba trabajando con la información del 2008, y aunque no se vislumbraban problemas financieros se hizo la declaratoria de grupo económico de las empresas que hasta el momento eran visibles.
«Declaratoria de grupo económico significa que todas las empresas del grupo Nule, incluyendo los activos, entran a responder por las obligaciones de las empresas del grupo. Eso hace que de alguna manera los Nule estén hoy comprometidos frente a las deudas de los acreedores», explicó el funcionario.
Por otra parte, la Supersociedades cuando supo de las irregularidades y del exceso de contrataciones por parte del grupo Nule, comenzó a investigar para ver cuáles eran las implicaciones que tenían las empresas que se escuchaba decir, sin embargo, Supersociedades nunca recibió en esos años queja alguna por parte de trabajadores o proveedores.
Para Luis Guillermo Vélez lo primero que hay que hacer es reconstruir el caos encontrado en la contabilidad de las empresas de los Nule para medir la magnitud de la quiebra y hasta se animó a comparar la situación con la quiebra de Enron.
Vélez le dijo a El Tiempo que lo más grave son los reclamos que han realizado acreedores de cuatro compañías por un monto de 1,5 billones de pesos. Hasta el momento, lo que se ha encontrado deja claro que no hay activos que respondan por deudas de este monto.
Dentro del grupo de acreedores están sus trabajadores, la DIAN, los bancos y gran cantidad de personas que tienen pagarés de los Nule.
Para el actual Superintendente el grupo no funcionaba de manera normal, ya que hay contabilidades inadecuadas, desorden administrativo y prácticas inusuales. «Encontramos 16 empresas que trabajaban en tres sectores distintos y enviaban el dinero al mismo sitio», dijo.
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