Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

¿Por qué para Anif la Ley 2010 de 2019 no era la que necesitaba el país?


¿Por qué para Anif la Ley 2010 de 2019 no era la que necesitaba el país?
Actualizado: 24 enero, 2020 (hace 4 años)

Menor tributación por parte de las empresas no acelerará la economía.

Medidas como las exenciones de IVA durante tres días al año no fortalecerá el recaudo.

Para Anif, el drenaje tributario pasaría del -0.3 % del PIB en 2020 a un -1.2 % en 2023, cuando apliquen todas las rebajas empresariales.

En su informe semanal del 20 de enero de 2020, titulado Ley de financiamiento 2.0 y tributación 2020-2023, Anif indica que la Ley 2010 de 2019 continúa erróneamente apostando a que la menor tributación empresarial acelerará la economía, de tal forma que las rebajas terminarían pagándose por sí solas.

Frente a tal apuesta, no ayudarán los elementos algo populistas de las exenciones de IVA, durante tres días del año, y otras a sectores específicos. Tampoco ayudarán las tasas diferenciales en contribución a la salud para los pensionados con ingresos inferiores a 2 salarios mínimos.

No habrá tranquilidad fiscal entre 2020 y 2022

“Anif reitera su conclusión de que la Ley 2010 de 2019 no era la reforma que necesitaba el país para tener tranquilidad fiscal entre 2020 y 2022”

Por lo anterior, Anif reitera su conclusión de que la Ley 2010 de 2019 no era la reforma que necesitaba el país para tener tranquilidad fiscal entre 2020 y 2022. La entidad recalca:

“Todo parece indicar que seguiremos a la deriva fiscal por cuenta de la ‘tragedia de los comunes tributaria’, donde todos (particularmente la clase media) reclaman más gasto, pero nadie aporta los recursos necesarios para fondearlo”.

Así, el drenaje tributario pasaría del -0.3 % del PIB en 2020 (incluyendo el recaudo por el impuesto de normalización tributaria y ganancias en gestión de la Dian) a un -1.2 % del PIB en 2023, cuando entren en pleno la totalidad de las rebajas empresariales.

Anif argumenta que infortunadamente la presión tributaria estaría cayendo del 14.2 % del PIB en 2019 a un 13.9 % en 2020 y, probablemente, caerá solo un 13.2 % para 2023. La entidad indica que

“Este es el resultado de que los incrementos en la tributación de los hogares más ricos (+0.2 % del PIB) y de algunos impuestos específicos (+0.1 % del PIB) no lograrán compensar la pérdida proveniente del menor recaudo empresarial (-1.2 % del PIB) y de las medidas “sociales” (-0.3 % del PIB) en el horizonte 2020-2023″.

Medidas sociales pasarían cuenta de cobro

Renzo Merino concuerda con las proyecciones realizadas por la Anif. Es el vicepresidente adjunto de la calificadora de riesgos Moody’s Investors, y afirma en diálogo con Actualícese que la reforma tributaria podría tener un efecto neto negativo sobre la recaudación tributaria, muy similar a las expectativas de la calificadora respecto a la reforma que fue adoptada a finales del 2018. Explica lo siguiente:

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«Por un lado, creemos que el crecimiento económico en los años 2020 y 2021 se mantendrá en el rango de 3,0 % – 3,5 %, posiblemente mayor al visto en el 2019 y apoyado principalmente en la inversión. Esto podría en parte ser un beneficio de las medidas incluidas en la reforma para incentivar la inversión, como lo son la reducción de algunas tasas impositivas (por ejemplo, impuesto a la renta corporativa), además de exenciones del IVA a los bienes de capital».

Las proyecciones de crecimiento realizadas por Moody’s, sin embargo, son más conservadoras que las del Gobierno; por esto, el posible aumento del recaudo tributario que se daría por el mayor crecimiento económico sería menor a las expectativas de las autoridades.

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