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Consultorio Portafolio: El déficit fiscal distancia al país del grado de inversión


Actualizado: 27 mayo, 2008 (hace 16 años)

La recuperación del grado de inversión para Colombia volvió a ser tema de debate económico. Después de que Perú y Brasil ingresaron -en abril- al grupo de países con grado de inversión, como consecuencia de las modificaciones en las calificaciones por parte de las agencias internacionales Fitch y Standard and Poor’s, los analistas económicos se volvieron a preguntar sobre qué elementos explican el rezago del país en materia de percepción de riesgo.

Para determinar estos elementos, elaboramos un monitor de indicadores de liquidez y solvencia externa para el periodo 2000-2007 que nos permite identificar las diferencias existentes entre Brasil y Colombia, y, por lo tanto, encontrar una explicación al rezago del país con respecto a sus pares.

En el desarrollo de este monitor, Brasil es considerado como el benchmark, dado que es una Nación que, con una calificación de grado de inversión, mantiene debilidades similares a las de Colombia.

En general, los resultados de este análisis evidencian avances importantes en los fundamentales de la economía colombiana, en especial en materia de crecimiento económico, inversión, reservas internacionales e inversión extranjera directa. Sin embargo, las mayores debilidades se concentran en el déficit en cuenta corriente y en los resultados fiscales del Gobierno Nacional Central.

Hoy, Colombia mantiene un déficit en cuenta corriente de 3,4 por ciento del PIB, mientras que a principios de esta década se ubicaba en niveles cercanos al 1 por ciento del PIB. A primera vista, el déficit en cuenta corriente se constituye en una de las principales debilidades estructurales de la economía colombiana, sobretodo si se tiene en cuenta que las cuentas externas de los países latinoamericanos se han visto beneficiadas por el auge de los precios internacionales de los commodities.

Analistas económicos le atribuyen al déficit en cuenta corriente, el del país en materia de percepción de riesgo. Sin embargo, los elementos detrás de este déficit permiten pensar que este no explica el atraso en la calificación soberana. Hoy, el déficit en cuenta corriente obedece sobre todo a un deterioro importante en la balanza comercial, particularmente al dinamismo de las importaciones.

Sin embargo, el incremento en las importaciones responde a la elevada demanda de importaciones de materias primas y bienes de capital destinados a la industria manufacturera. En este sentido, la estructura del déficit en cuenta corriente permite pensar que hacia el futuro, la economía colombiana disfrutará de una mayor capacidad instalada, lo cual mitiga la vulnerabilidad asociada al desbalance en cuenta corriente.

Por el contrario, Corficolombiana considera que la evolución de las finanzas públicas sí explica el hecho de que hoy Colombia no haya recuperado el grado de inversión que alcanzó a tener en 1999.
En términos de déficit del Sector Público Consolidado (SPC) y del Gobierno Nacional Central (GNC), composición de la deuda pública y costo de la deuda, el país ha mejorado significativamente.

Mientras que a finales de la década pasada el déficit del GNC superaba el 7 por ciento del PIB, el año pasado cerró en 3,2 por ciento.

Sin embargo, durante los últimos dos años (periodo de auge económico), la Nación no aprovechó las oportunidades para prepagar la deuda pública, y por lo tanto, aliviar las presiones sobre el gasto público.

Las finanzas públicas se han visto significativamente favorecidas por el dinamismo del recaudo tributario, por las privatizaciones de empresas públicas y, este año en particular, se verán favorecidas por el gasto de los recursos del Faep.

En este punto, queda como interrogante por qué no se emprendió un programa agresivo de prepago de deuda con esos recursos extraordinarios, como sí lo hicieron otros países de la región latinoamericana.

En la actualidad, hay un sentimiento de orgullos porque el GNC registre un superávit primario cercano al 1 por ciento del PIB. ¿Por qué destacar este hecho si países como Brasil cuentan con un superávit primario de más del 2,5 por ciento del PIB desde el 2003?

En resumen, los avances en los fundamentales de la economía colombiana son innegables. Pero también se debe aceptar que si se quiere entrar al grupo de países con calificación de grado de inversión, las agencias calificadoras deben ver mejoras en materia fiscal.

Decisiones como la de hace unos días de ‘pesificar’ hasta 2.000 millones de dólares de deuda externa contratada con la banca multilateral, van por el camino correcto hacia el grado de inversión. Sin embargo, para llegar al final de este camino es indispensable realizar otras estrategias dirigidas a reducir el saldo de deuda pública.

En este frente, Corficolombiana considera que una eventual aprobación por parte del Ejecutivo de privatizar una parte de Isagén, debería ser contemplada únicamente si los recursos derivados del proceso se destinan a prepagar deuda pública.

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