Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Marco Fidel Rodríguez Solano, funcionario de la Procuraduría General de la Nación, afirma la importancia que tiene realizar un proceso de empalme entre los mandatarios que recibirán su nuevo cargo y los que salen, pues se trata de que estos tengan un mecanismo de defensa cuando dejen su cargo.
El proceso de empalme es una obligación establecida por la ley. Por tal motivo, todos los mandatarios deben ejecutarlo.
Se trata del cumplimiento de unas obligaciones legales. Este proceso es el primer mecanismo de defensa con el cual cuentan tanto los alcaldes como los gobernadores salientes, a fin de evitar que sean objeto de la vista fiscal.
Se trata de un proceso que se ejecuta entre los mandatarios entrantes y salientes. Estas personas cuentan con las herramientas que dispone la Ley 951 del 2005, la Ley 1151 del 2007 y diversas resoluciones que se emitieron desde la Contraloría General de la República, y la cartilla Orientaciones para un empalme exitoso, desde la Procuraduría General de la Nación.
En anteriores semanas se han instalado mesas de trabajo en diversas ciudades donde a los gobernantes se les ha explicado el proceso de empalme. Nosotros queremos evitar que los mandatarios salientes omitan el cumplimiento de las obligaciones legales y sean objeto de la disciplina penal y fiscal.
Los mandatarios salientes deben comenzar a estructurar el informe de gestión. La Ley 951 habla de dos aspectos que hay que tener en cuenta: el acta de informe de gestión y el informe de gestión. El mandatario que va a entregar su cargo, desde los meses de septiembre y octubre debe ir consolidando la información que consignará en el informe de gestión. A su vez, mediante un acto administrativo debe conformar un comité de empalme, el cual debe estar separado por procesos.
Por otra parte, se ha de nombrar un administrador quien debe organizar el cronograma de trabajo donde se programarán visitas, para verificar diversos aspectos, se elevarán actas parciales, para generar el informe final de gestión que será presentado.
Cuando usted conozca quién le va a reemplazar en su cargo –alcalde o gobernador– lo invitará de forma escrita, para que esa persona también conforme su comité de empalme, y trabajen conjuntamente.
El proceso de empalme es una obligación establecida por la ley. Para este nuevo proceso, todos los mandatarios tienen que ejecutarlo. Se debe entregar a las procuradurías provinciales y regionales los informes del proceso de empalme. Insistimos en evitar que alcaldes y gobernadores salientes omitan esto y, por tanto, sean objeto de la vista disciplinaria; queremos que el empalme sea el medio de defensa de ellos cuando terminen su mandato.
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