Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Productividad económica es un elemento fundamental para reconocer un activo


Actualizado: 18 mayo, 2016 (hace 8 años)

Al referirse a los activos, tanto en el caso del Estándar Pleno como en el de Pymes, el Marco Conceptual establece que son recursos controlados por la compañía, producto de hechos pasados, de los cuales se espera en el futuro obtener beneficios. Es importante aclarar que deben ser exclusivamente de tipo económico, pues si no son de tal categoría, entonces no hay activo.

Cabe recordar que se está hablando de estados financieros y con la Norma Internacional lo que se busca es acercarse en el mayor grado posible a la realidad financiera de la entidad; el estándar no está interesado en el valor de las cosas si no es de tipo financiero.

Por ejemplo, puede darse el caso de empresas que pagan altos valores por membresías a un club para efectos de realización de reuniones; sin embargo, en estos casos es muy difícil establecer el beneficio económico que fluye de ese tipo de recursos y por tanto estos generalmente no son un activo para la compañía.

Una recomendación habitual será que al hacer una evaluación de activos, se indague uno a uno el tipo de beneficios económicos que genera y en los casos en que no se pueda establecer dicho elemento, entonces no habrá lugar al reconocimiento del bien.

Los beneficios económicos se pueden ver de dos formas. La primera es un aumento en los ingresos: cuando un activo contribuye al mejoramiento de las ventas; la segunda es disminuyendo costos: como en los casos en que el uso de un activo contribuye a disminuir otras obligaciones en el proceso de producción.

En ese sentido, ya sea como mayor ingreso, o como menor costo, cada bien debe cumplir con la condición de generar beneficios económicos.

En síntesis, para determinar si un bien es susceptible o no de incluirse en los estados financieros, se debe evaluar de qué tipo de activo se trata, qué recursos se invirtieron en este y de qué manera ese activo puede generar beneficios económicos. Si esta última cualidad puede establecerse, entonces se podrá reconocer como activo; de lo contrario no.

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