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La devolución del IVA para las familias más necesitadas en Colombia es una medida de la Ley 2010 de 2019, que busca mitigar los efectos de la regresividad de este impuesto.
El recaudo o tarifa del IVA no es proporcional a la capacidad adquisitiva de los contribuyentes.
En 2019, el impuesto sobre las ventas –IVA– contribuyó con el 42 % del recaudo total y el 5,8 % del PIB. Desde su introducción en 1963 como impuesto a las ventas, y en 1984 como IVA, ha tenido modificaciones sobre las tarifas y sobre la base de bienes gravados.
La mayoría de las anteriores reformas han tenido como objetivo incrementar los ingresos tributarios y asegurar el equilibrio de las finanzas públicas.
De igual forma, «se ha intentado mitigar la regresividad del IVA a través de la definición de bienes y servicios excluidos y exentos de su pago y mediante la definición de tarifas diferenciales para los bienes gravados», Departamento Nacional de Planeación –DNP– en el documento Conpes: «Estrategia para la implementación del mecanismo de compensación del impuesto a las ventas (IVA) a favor de la población más pobre y vulnerable», publicado el 2 de marzo de 2020.
Pese a todos estos esfuerzos, este impuesto continúa siendo altamente regresivo, en la medida en que su recaudo o tarifa no es proporcional a la capacidad adquisitiva de los contribuyentes. A esto se suma que la proliferación de las tarifas diferenciales, además de atentar contra la simplicidad del sistema tributario e incidir en una mayor evasión y elusión, contribuye a acentuar la naturaleza regresiva del impuesto.
El documento destaca que, con el fin de crear una medida que contribuya a mitigar los efectos de la regresividad del IVA, la Ley 2010 de 2019 ordenó devolver el IVA a la población más vulnerable, y así generar mayor equidad en el sistema tributario.
«La existencia de bienes gravados con múltiples tarifas ha sido en parte la respuesta para mitigar la regresividad del IVA y su impacto sobre los hogares más vulnerables. Sin embargo, la multiplicidad de tarifas que ha caracterizado al sistema tributario colombiano tiene efectos no deseados sobre la actividad económica, incrementa el costo fiscal, beneficia a los hogares de mayores ingresos, al tiempo que complejiza las actividades de fiscalización de la evasión y elusión», se expresa en el documento.
La multiplicidad de tarifas impacta negativamente en los sistemas contables, en la medida que aumenta el costo de auditoría, reembolsos y administración. Además, un mayor número de tarifas aumenta la evasión en el cumplimiento de las obligaciones del IVA.
Según el documento, el gasto tributario por IVA en Colombia es el más alto de América Latina (6,2 %), donde solo tres países –Colombia, Honduras y Uruguay– tienen un gasto tributario por IVA superior al 3 %, mientras que, en Chile, este gasto no excede el 1 %.
Lo anterior se basa en las múltiples exenciones, exclusiones y alta dispersión tarifaria entre bienes y servicios similares.
Finalmente, la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria (2015), establece que la lista de bienes exentos y excluidos excede los estándares internacionales, lo que genera distorsiones en los precios y eleva el costo fiscal.
«Así mismo, esta multiplicidad de tarifas y la cantidad de exenciones y exclusiones, que benefician principalmente a los hogares de mayores recursos, imponen mayor presión sobre la disponibilidad de recursos para gasto social», indica el documento.
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