Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Proyectarse como líderes en las organizaciones: el reto de los Contadores Públicos


Proyectarse como líderes en las organizaciones: el reto de los Contadores Públicos
Actualizado: 1 marzo, 2016 (hace 8 años)

Aquí hablaremos sobre...

  • ¿Qué reto tienen los contadores públicos para este año?
  • ¿De qué forma se tendría que reinventar la profesión para tener el lugar que se merece?
  • ¿Cómo se debe combatir un flagelo como es el de la corrupción desde el papel del contador público?
  • ¿Qué le diría a los jóvenes que están próximos a graduarse para que esta profesión tome vuelo?
  • Desde su punto de vista, ¿qué es lo bueno, lo malo y lo feo de la profesión?

Gustavo Adolfo López, revisor fiscal y gerente de Soluciones Organizacionales –SUMMA–, opina que los contadores públicos deben ser capaces de transformar los sistemas corporativos con base en una forma diferente de lo tradicional.

Gustavo Adolfo López piensa que el contador público cae en el error de ser esclavo de las rutinas laborales, y es precisamente este el reto que tiene por delante. El contador se debe ver a sí mismo como un ejecutivo que tiene independencia económica.

¿Qué reto tienen los contadores públicos para este año?

Los contadores públicos tenemos que asumir el reto de proyectarnos dentro de las organizaciones como líderes, capaces de transformar los sistemas corporativos con base en una formación diferente a la tradicional. Considero que lo que la universidad entrega a los estudiantes sigue siendo instrumental y eminentemente técnico.

“Los retos deben concentrarse más en el ser que en el hacer; apoyarse en las herramientas tecnológicas para que la cotidianidad tenga como esencia la resolución de los problemas y el contador tenga claro cómo se deben solucionar.”

Los contadores desconocemos aspectos claves en el mundo de hoy, como la cuántica, el funcionamiento del cerebro, el manejo de las relaciones interpersonales y la eficacia que se debe perseguir en el ejercicio profesional. Los retos deben concentrarse más en el ser que en el hacer; apoyarse en las herramientas tecnológicas para que la cotidianidad tenga como esencia la resolución de los problemas y el contador tenga claro cómo se deben solucionar.

Tengo el convencimiento de que los contadores debemos buscar el desarrollo de la profesión más allá de lo meramente técnico. Si el enfoque del interrogante se orienta hacia el devenir práctico de la profesión, entonces tendremos que manejar la normativa compilada sobre los Estándares Internacionales de Información Financiera y NIA, la aplicación práctica del Decreto 2548 del 2014, lo cual torna más complejo el manejo del tema fiscal versus el estándar financiero de origen extranjero, y el cumplimiento cada vez más intrincado de los reportes a las Superintendencias. Infortunadamente las labores del Estado para obtener información en buena medida recaen en los contables que soportan la avalancha de requerimientos de todo tipo para que las empresas y entidades de diversos sectores atiendan puntualmente. Labores estas que no han podido canalizarlas para que sea el Estado el que tome de una sola base de datos lo que necesita.

Así, el contador termina sumergido en un maremágnum que lo mecaniza e incluso pierde su esencia como ser humano esclavizado a tales rutinarias labores. El reto entonces es ganarle la batalla a ello para recuperar su vida.

¿De qué forma se tendría que reinventar la profesión para tener el lugar que se merece?

Si realmente se busca reinventar la profesión, buena parte de la solución la planteó la Comisión de Sabios en 1991, que nos predijo que esta abundancia excesiva de profesionales –de todo tipo de profesionales– haría crisis y las personas no encontrarían alternativa distinta que abaratar su mano de obra para poder competir, perdiendo su vida en una rutina permanente que no desarrolla las libertades individuales ni colectivas. En 1990 hicimos el VI Congreso Nacional de Estudiantes de Contaduría Pública bajo el lema “por una nueva educación contable”, y aún este sigue vigente, pues vemos cómo desde los cargos directivos se promueve la instrumentalización del cerebro del estudiante para que sirva como empleado y contratista.

Hemos discutido por años sobre el papel del contador como ejecutivo y, diría yo, que la reorientación debe dirigirse a ser un empresario que genere sus ingresos dependiendo de sí mismo; esto quiere decir que su perspectiva de futuro tiene que estar más hacia su independencia económica con las herramientas que el conocimiento de las finanzas le entrega para ponerlas a su favor.

¿Cómo se debe combatir un flagelo como es el de la corrupción desde el papel del contador público?

Desde la casa. El problema está enquistado en las mentes de los colombianos que han entronizado en su discurso la ley del atajo: tener más que ser; tener rápido y fácil.

Hay que superar la pirámide de Maslow y colocar sobre la base de una nueva pirámide al ser, luego el hacer y por último el tener. El tener es producto de un mejor ser humano, no el producto de prácticas delictivas. En la casa se inculca muchas veces –y de manera inconsciente– la búsqueda del tener siempre a cambio de, o a costa de, o callando algo. La casa es donde se debe construir un nuevo ser humano independientemente de que sea contador, médico, albañil o reciclador. Construir un nuevo ser humano desde el hemisferio derecho del cerebro y eliminar lo que se ha hecho hasta ahora, que es potenciar y explotar lo que hay en el otro hemisferio y que ha llevado a tener una sociedad temerosa que busca de una manera rápida el tener. Es triste ver cómo el sistema aplaude a personas que en poco tiempo ascienden económicamente y los valoran al decirles que ellos son los “vivos” porque viven del “bobo”, ridiculizando a los correctos.

De tal manera que ante el interrogante planteado creo que si la casa piensa y actúa de otra manera, así tendrá que modificar su estructura la Academia. Se pregunta uno: ¿de dónde son egresados los que han dirigido el país por más de 200 años?, ¿qué responsabilidad social puede caberle a tales instituciones?

¿Qué le diría a los jóvenes que están próximos a graduarse para que esta profesión tome vuelo?

Que empleen los conocimientos para generar su propia empresa.

Desde su punto de vista, ¿qué es lo bueno, lo malo y lo feo de la profesión?

Lo bueno, la posibilidad real de conocer y aplicar tal conocimiento en distintos sectores de la economía por la capacidad de movilidad en distintos tipos de servicios. Lo malo, la muy mala remuneración de los servicios producto de una superpoblación de profesionales, acompañada de la competencia desleal que se genera alrededor de esto.

Finalmente, lo feo, la insistencia de las instituciones en seguir colocando, sin estudios reales, en el mercado profesionales. Se entiende claramente que existe derecho a la educación pero perfectamente esto está ligado al artículo 334 de la Constitución Nacional que expresa que el Estado puede intervenir en la economía y este tema tiene todo que ver con la forma de conseguir los ingresos las personas en la Nación. Cada vez se pauperiza más el ejercicio y obedece a una ley de oferta y demanda.

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