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Reforma tributaria: opiniones sobre como deben prepararse los colombianos


Reforma tributaria: opiniones sobre como deben prepararse los colombianos
Actualizado: 18 octubre, 2016 (hace 7 años)

Aquí hablaremos sobre...

  • La voz del Gobierno
  • Tributaristas y miembros de la Comisión de Expertos
  • Dirigentes gremiales

Representantes del Gobierno Nacional, tributaristas, miembros de la Comisión de Expertos, analistas y dirigentes gremiales, comparten sus puntos de vista sobre lo que deben esperar los colombianos frente a la reforma tributaria que será presentada el 18 de octubre, según el Ministro de Hacienda.

La voz del Gobierno

Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, ha ofrecido algunas precisiones sobre lo que será la reforma tributaria. Esta incluirá el monoimpuesto que obligará a las peluquerías, tiendas y pequeños negocios a pagar impuestos desde 2017. Por otra parte, el IMAS e IMAN, introducidos en la reforma del 2012, serán unificados en un tributo ordinario para las personas naturales.

«Las entidades sin ánimo de lucro ya no se autocalificarán sino que ese derecho le corresponderá a la DIAN. En adelante se les prohibirá repartir excedentes y desaparecerá el impuesto de la riqueza», agregó Cárdenas.

La Ministra del Trabajo, Clara López, reiteró que en la reforma tributaria, analizada por el Congreso de la República en los próximos días, no se gravarán las pensiones como se ha especulado : «nunca se ha pensado en poner gravámenes a las pensiones ni por parte del Gobierno Nacional ni de ningún congresista, no existe ningún proyecto en ese sentido», dijo.

El presidente Santos, por su parte, ha dicho que la reforma no busca acopiar recursos para costear el posconflicto, ya que este tiene sus propias fuentes de financiación, muchas de las cuales ya están incluidas en los presupuestos“Nosotros no vamos a cobrar más impuestos para pagar el posconflicto. La reforma tributaria tiene que hacerse porque hay unos impuestos que desaparecen por ley. Y, para sostener nuestros programas sociales, tenemos que reemplazar esos impuestos que desaparecen por unos que nos den los mismos ingresos. Pero no es, como dicen algunos, para pagárselos al posconflicto. El posconflicto tiene sus propias fuentes de financiación”, subrayó.

Tributaristas y miembros de la Comisión de Expertos

Pedro Enrique Sarmiento Pérez, Socio Director de Impuestos y Legal de Deloitte Colombia, dice que «toda reforma tributaria debe estar dirigida a ampliar el universo de contribuyentes, para asegurar la equidad horizontal y garantizar un nivel de progresividad, al consultar la capacidad contributiva individual, para respetar la equidad vertical de la tributación, enfoque deseable en las circunstancias económicas e históricas de Colombia».

Para Carlos Humberto Sastoque, contador público y exasesor del Consejo Técnico de la Contaduría y de la Junta Central de Contadores, la reforma tributaria no atacará la evasión actual sino que gravará más a la clase media trabajadora, que siempre lleva la mayor carga tributaria.

«Que el IVA cuente con diversos porcentajes no es lo preocupante, pero sí lo es que afecte productos de la canasta familiar y, ante todo, de las clases menos favorecidas, que no tienen capacidad de pago y cada día se están empobreciendo más gracias al Gobierno Nacional, al Congreso de la República, a la inmisericorde explotación de los grandes empresarios y a la corrupción de los altos funcionarios públicos», agrega Sastoque.

Alfredo Lewin, socio fundador de Lewin & Wills Abogados y miembro de la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria, asegura que si se logra diseñar un sistema tributario más universal, equitativo y eficiente, sería posible destinar un mayor gasto social progresivo e inversiones para la generación de crecimiento y empleo. “De esta manera se estaría apuntando a mejores oportunidades para los más desprotegidos y mejores condiciones para crear empresas y generar empleo”, asegura Lewin al enumerar los beneficios que ocurrirían si más colombianos declaran y empiezan a formar parte de la cultura tributaria nacional.

Por su lado, Gustavo Humberto Cote Peña, exdirector de la DIAN, opina que el presidente Santos busca, por medio de la reforma tributaria, subsanar las deficiencias actuales del sistema tributario colombiano, pues en la actualidad este es complejo, ineficiente, inequitativo, estimula la evasión y elusión, y resulta poco atractivo para la inversión.

“Sustituir el impuesto de renta, CREE y sobretasas por un tributo a las utilidades, como reducir la tarifa del IVA y poder descontarse este de los valores cancelados en la adquisición de bienes de capital, ayudaría mucho a mejorar la competitividad de las empresas y negocios en Colombia”, comenta.

Analistas 

“reforma planteada está orientada a corregir los errores de las pasadas reformas tributarias del gobierno Santos y buscar nuevos ingresos públicos que permitan reducir el hueco fiscal sin antecedentes en la historia.”

Luis Álvaro Pardo, economista y miembro de Justicia Tributaria, explica que la reforma planteada está orientada a corregir los errores de las pasadas reformas tributarias del gobierno Santos y buscar nuevos ingresos públicos que permitan reducir el hueco fiscal sin antecedentes en la historia.

Para Julio César Cifuentes, Director del Centro de Investigación en Economía y Finanzas de la Universidad ICESI de Santiago de Cali, es muy probable que la nueva reforma tributaria no implique un cambio estructural como se había prometido.

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«Será difícil venderla políticamente. Y en consecuencia se espera que la reforma tributaria no tenga un carácter estructural sino que responda a la necesidad de generar nuevos ingresos. Bajo la nueva coyuntura es difícil ver la desaparición de impuestos antitécnicos como el 4×1.000 y el impuesto la riqueza. Es probable que estos impuestos continúen vigentes dado que implican una buena fuente de ingresos para el gobierno nacional. Si el escenario político fuera diferente, con seguridad estos tributos serían eliminados», afirma.

Juan Carlos Rodríguez Esparza, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos, piensa que el Gobierno debe impulsar una política petrolera acorde con la nueva realidad y así atraer a más inversionistas al país. Este concepto tiene en cuenta los impuestos, regalías y pagos que las empresas hacen a la entidad encargada de administrar los recursos petroleros de la nación.

«Por lo tanto, es muy importante tener una reforma tributaria que estimule la inversión del sector. Además de tener contratos firmes y acordes a la realidad de la industria, debemos brindar seguridad y estabilidad jurídica con unas reglas de juego claras y a largo plazo», enfatiza Rodríguez Esparza.

Juan Pablo Córdoba Garcés, presidente de la Bolsa de Valores de Colombia, dice que la reforma tributaria debe ser pro inversión o pro empresa. “Esta no debe ser en contra de las empresas y tener en cuenta que muy pocos colombianos pagan impuestos. Es preciso que se amplíe la base tributaria, que haya simplificación. El sistema tributario actual aliena al contribuyente”.

Luis  Fernando Castro, presidente de Bancoldex, opina que se debe apoyar una reforma tributaria  generadora de crecimiento, empleo y desarrollo para el país y que las empresas nuevas y pequeñas tienen que empezar a tributar.

Según León Teicher, presidente de la Junta directiva de Continental Gold, la reforma debe ser estructural y considerar que solo las empresas generan riqueza, por tal motivo se debe privilegiar su desarrollo“Cuando queramos referirnos a responsabilidad medioambiental debemos privilegiar el desarrollo de las empresas. Lo más importante ahora es eliminar los desperdicios que son la evasión y la corrupción”, dijo.

Dirigentes gremiales

El presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, ha dicho que la reforma tributaria estructural es necesaria para el país desde el 2014. «Estaríamos en una situación mejor si la reforma se hubiera presentado en el 2014 o incluso el año pasado, el país está en mora en este tema», dijo. Según el empresario, la reforma es necesaria para obtener bases concretas para un equilibrio macroeconómico y superar el déficit fiscal. Así mismo, señala que solamente 3.000 empresas pagan el 70% del total del recaudo de impuestos en el país con el 69% de sus utilidades. «Somos el segundo país con la carga impositiva más alta del continente».

Julián Domínguez, presidente de Confecámaras, ha dicho que “no se puede descuidar el entorno empresarial, en que la reforma tributaria será clave para afrontar el reto del posconflicto”. Agrega que, si bien el ajuste fiscal se necesita para fomentar la competitividad de las regiones, la reforma que presentará el Gobierno debe buscar la formalización empresarial. “Es necesario incluir herramientas que fortalezcan el uso de facturas electrónicas, aumento de bancarización y mejoren el rastreo de las compañías y sus operaciones”, destacó el dirigente gremial.

Natalia Salazar, subdirectora de Fedesarrollo, ha dicho que “los ingresos del Gobierno han caído de manera significativa en los últimos dos años y la estructura tributaria colombiana no cumple con ninguno de los principios que debe tener un sistema tributario exitoso. El sistema tributario es inequitativo horizontalmente, pues dos personas con niveles de ingreso parecidos deberían ser tratados de forma similar. Eso no pasa en Colombia”. Desde el punto de vista de Fedesarrollo, la caída de los ingresos del petróleo obliga a un ajuste en el gasto público, al tiempo que se hace necesario proteger el recaudo de este sector, por cuenta de eventuales beneficios tributarios o desmonte de impuestos transitorios que se autoricen.

El presidente de Fenalco, Guillermo Botero, dice que la reforma está diseñada para causar un daño profundo y casi permanente en los ciudadanos, algo que preocupa mucho a los comerciantes, cuyas ventas descenderán por esta cuenta. “La reforma estará más enfocada sobre los ciudadanos de a pie e impuestos indirectos, que es lo que preocupa a los comerciantes”, explica el dirigente gremial, haciendo énfasis en el aumento del IVA del 16% al 19%.

Para el dirigente, la reforma se debió aprobar antes de la votación del plebiscito, ya que ahora avanza a una marcha forzada rumbo a gestar una desaceleración económica más profunda que la actual, previendo que el PIB esté por debajo del 3% anual.

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