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Reforma tributaria: regresividad en impuestos y beneficios para transnacionales


Reforma tributaria: regresividad en impuestos y beneficios para transnacionales
Actualizado: 20 diciembre, 2016 (hace 7 años)

Las modificaciones introducidas por la reforma tributaria afectarían la situación económica de los hogares de ingresos bajos y medios. Por otra parte, se aumentarían los impuestos indirectos y seguirían las exenciones tributarias para las transnacionales.

Desde el punto de vista del grupo Justicia Tributaria, la propuesta de reforma tributaria que el presidente Santos y el ministro Mauricio Cárdenas presentaron al Congreso de la República es el resultado del desespero fiscal. Así mismo, esta propone el chantaje de mantener el grado de inversión a costa de ahogar la economía al reducir el ingreso disponible para los hogares de bajos y medios recursos.

“Incluso el Gobierno reconoce en la exposición de motivos del proyecto de reforma que los tributos directos “deben extinguirse” y las finanzas públicas deben “generar nuevos ingresos, en particular los provenientes del IVA””

La agrupación señala que «Los platos rotos del manejo irresponsable de la economía durante su gobierno, en el cual se dilapidó la bonanza petrolera, se avanzó en la destrucción del aparato productivo y el empleo de calidad, y se colmó de beneficios a las transnacionales, los pagará la ciudadanía más necesitada». Por tanto, según esta, el único resultado posible de la reforma es la profundización de la desigualdad, por cuenta de una estructura tributaria regresiva que aumenta los impuestos indirectos y reduce los directos.

Incluso el Gobierno reconoce en la exposición de motivos del proyecto de reforma que los tributos directos “deben extinguirse” y las finanzas públicas deben “generar nuevos ingresos, en particular los provenientes del IVA”. Las cifras muestran que, gracias al aumento del IVA y demás impuestos indirectos se recaudarían $9,1 billones (1% del PIB) en 2017, mientras que el recaudo del impuesto a la renta caería en $1,9 billones (0,2% del PIB). Un comportamiento similar sucederá para 2018, cuando se espera que en impuestos indirectos se recauden $10,8 billones y en renta dejen de percibirse recursos por $1,2 billones.

En consecuencia, los miembros de Justicia Tributaria afirman que: «Solo a un gobierno de la naturaleza del de Santos podría ocurrírsele que para resolver los graves problemas de desigualdad del país, que lo ubican como uno de los 10 con mayor concentración de la riqueza en el planeta, se debe acudir a aumentar los impuestos indirectos como el IVA y disminuirlos a los grandes capitales que operan en Colombia».                                         

Gobierno al servicio de las transnacionales

Con la reforma tributaria que se avecina, las empresas pagarían menos impuesto sobre la renta, pues su porcentaje bajaría en promedio del 40% al 32%. Además, se mantienen gran parte de las exenciones tributarias y demás beneficios destinados a estas, e incluso se crean nuevos como el de “costo fiscal de las inversiones” para los gastos de evaluación y exploración del sector minero-energético.

Sin embargo, se mantiene la regresividad del impuesto a la renta, pues, a diferencia de los países que compiten junto a Colombia en los negocios globales, no se han establecido tarifas diferenciadas entre pequeñas, medianas y grandes empresas.

Aunque el Gobierno ha sido elocuente en afirmar que los dividendos pagarán impuestos (una propuesta progresiva), en realidad la reforma tributaria establece que esto solo se hará si el pago de dividendos recae en cabeza de una persona natural, una estrategia que, en la práctica, permite el pago de dividendos sin impuestos a los socios de compañías que utilizan empresas para recibir estos ingresos.

De acuerdo con Justicia Tributaria, en Colombia se cree que las empresas deberían pagar menos impuestos y dicha carga debería recaer sobre las personas naturales. Sin embargo, se ignora que la administración tributaria tiene una capacidad limitada para establecer quién es el beneficiario real de las actividades de empresas extranjeras en el país, pues los directivos de compañías extranjeras suelen recibir sus sueldos en las casas matrices y el costo de su sostenimiento en Colombia es cargado como gasto de las empresas, prácticas que imposibilitan el cobro de impuestos a las personas naturales que derivan sus ingresos del trabajo con este tipo de empresas y erosionan la base tributaria.

En este sentido, los miembros de la entidad mencionada opinan que: «Lo anterior ocurre porque el actual gobierno, como también lo ha reconocido, presentaron una reforma tributaria dictada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE–, que sigue lineamientos de los países ricos de ese club, a los que Colombia no se parece en materia social ni económica».

Por ejemplo, el caso del Monotributo que, a pesar de ser opcional, consiste en el primer paso para gravar a los pequeños comerciantes. Además, es una clara violación al principio de equidad, ya que tenderos y salones de belleza (entre otros) deberían pagar entre $40.000 y $ 80.000 pesos mensuales en impuestos cobrados sobre sus ventas, mientras a las empresas más grandes se les cobra sobre las utilidades.

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