Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Reglamentación de la Ley 1314 de 2009. Aportes para una discusión (I) – Hernán Rodriguez


Autor: Hérnan A. Rodríguez

Primera Parte

Los procesos de convergencias hacia normas pueden ser convergencia activa de carácter dialógico-internacional, o convergencia pasiva de adoptantes-nacionales. Los procesos de convergencia dialógicos suponen entidades internacionales emisoras de normas dispuestas a marchar hacia un único conjunto de normas de alta calidad de aceptación mundial. Los procesos de convergencia adoptante-nacional implican a un ente nacional especializado en emisión de normas constituido con participación amplia de los grupos de interés nacional, discutiendo bajo unos criterios claros un conjunto diferenciado de normas reconocidas como estándares internacionales de los cuales se espera la adopción de las que sean convenientes para el país.

En el caso internacional está el proceso de convergencia entre IASB y FASB, Europa y USA. Este proceso tiene un acuerdo que define las intenciones de la convergencia, unos proyectos específicos y un debido proceso. Hay otros procesos de convergencia como el de IASB – Japón, IASB y el mundo Islámico.

En Colombia se aprobó una ley dándole juego a los numerosos actores de la cadena de suministro de información financiera para que discutan una adopción selectiva de estándares internacionales que podría caber en la clasificación de convergencia adoptante-nacional. Es claro que el ente a liderar este proceso debería ser un nuevo Consejo Técnico con una integración plural que conjuntamente con otros entes gubernamentales, gremiales, académicos, industriales, empresariales propondrían las adopciones ya sean selectivas o integrales. Las propuestas de negación o aceptación así como los borradores de normas que salgan de este proceso tendrán necesariamente que ser sustentada con rigor más técnico que doctrinal.

Ahora bien, en Colombia hay dos corrientes de pensamientos claramente diferenciada y de ambiente altamente polarizado. Una es la que aboga por la consideración de las particularidades nacionales de tipo cultural, económica y social y por consiguiente rechazan todos los modelos de concepción cultural diferente a nuestros orígenes latinos. Otra corriente aboga por la adopción de las normas internacionales hacia las cuales se inclina la balanza de la opinión internacional y por consiguiente están de acuerdo con la normatividad financiariada.

Siendo estas dos concepciones fruto de las influencias geopolíticas y de las fuertes confrontaciones contenido ideológico que todavía subsisten en Colombia, seguirán prevaleciendo sobre cualquier intención para discutir la normatividad técnico-científica. Entonces necesitaremos primero que se dé una primera convergencia hacia un conjunto de doctrinas, saberes, y prácticas selectivas que le den legitimidad a lo que muchos llaman «nuestra particular realidad nacional». Esta realidad nacional deben dejar de ser fuente de avivamientos emocionales y de discusiones pasionales en el campo epistémico, y deben materializarse en la instrumentalización para el campo de la regulación y de la actuación en la cadena de suministro de información financiera.

Mientras se logra lo anterior podríamos empezar una discusión hacia la convergencia normativa de lo que pueda ser sujeto de discusión técnica. Temas ya existentes en nuestros reglamentos que fueron debidamente armonizados con normas internacionales podrían ser objeto de validación, actualización y confirmación rápida. Temas de prácticas contables globales como reconocimiento de ingresos, combinación de negocios, tratamiento a la conversión a monedas extranjeras, reportes por segmentos de negocios y otros muchos deberían aprobarse sin mucha discusión. Algunos temas que tiene que ver con valuación de activos y pasivos financieros, intangibles, instrumentos negociables y otros intereses particulares, así como el caso del tratamiento a los impuestos podrían tener un debate político primero.

Por otro lado hay que colocar y afinar el blanco. Debemos a apuntar hacia el seguimiento de la convergencia IASB-IFRS, hacia la realidad de una IFRS europea; y hacia el sentimiento de abandono que se está a apoderando de la opinión especializada en USA por una posible desaparición de unos US GAAP fuertemente enraizado e incrustada en la presencia hegemónica.

También debemos considerar en nuestra discusión la influencia y el manoseo de los políticos claramente demostrados con ocasión de la crisis financiera, que dejaron a la IASB y a la FASB con imagen notoriamente debilitada ante los grupos de interés de la cadena de suministro de la información financiera, especialmente los bancos. Esta situación ha llevado al nacimiento de unos grupos de interés organizados como grupos de apoyo para el establecimiento de normas. El espíritu de independencia de los emisores de normas parece secuestrado y su aspiraciones a la convergencia de normas bastante estancada.

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