Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Estadísticas de Supersociedades muestran que la mayoría de las compañías en procesos de reorganización logran solucionarlos con éxito y realizar un acuerdo con sus acreedores. Hasta septiembre del 2016 habían 197 procesos aceptados.
Ya que la reforma tributaria estructural podría reducir la carga fiscal de las empresas nacionales, el Superintendente de Sociedades, Francisco Reyes Villamizar, manifestó que la desaceleración de la economía no ha causado procesos de reestructuración o liquidación en más empresas.
Según cifras de la Supersociedades, hasta septiembre del 2016 habían 197 procesos aceptados en reorganización, procedimiento que representa una alternativa para las empresas incapaces de pagar sus deudas o que estén atrasadas 90 días, pues serían intervenidas para intentar salir de dicha situación en un tiempo de 4 meses y, así, evitar que sean liquidadas.“La reorganización es la última oportunidad que tienen las empresas para reestructurarse adecuadamente y cumplir con los compromisos financieros hechos a sus acreedores. El Estado busca garantizar que aquellos afectados tengan una garantía mínima de que lo que se les debe va a ser pagado”, expresa Carlos Rodríguez, especialista en empresas.
Al respecto de aquellas que entran en liquidación, Reyes señala que “el régimen de insolvencia tiene por objeto la protección del crédito y la recuperación y conservación de las empresas como unidad de explotación económica y fuente generadora de empleo”.
La cifra actual, ya mencionada, es menor a las 276 empresas aceptadas en 2015 y a las 214 de 2014. En estos dos años anteriores ingresaron más empresas a este proceso que en cualquier otro periodo.
Entre los factores que llevan a las empresas para solicitar su reorganización se encuentra la caída del precio del petróleo, que afectó las finanzas del Estado y a las empresas suministradoras de productos y servicios a las grandes multinacionales del sector de hidrocarburos. De igual manera, por falta de liquidez, las empresas pequeñas y medianas son las que más cifras aportan al registro de Supersociedades.
De hecho, en el acumulado de empresas aceptadas en proceso de reorganización –con fecha a septiembre 30 del 2016–, se encuentra que de 1.340 empresas admitidas, 345 son medianas y 389 pequeñas. De igual forma, las organizaciones aceptadas en liquidación fueron (en 2014 y 2015) 158 y 151, respectivamente. Los sectores en los que más se presentan procesos de reorganización y liquidación son comercio, manufacturas y servicios.
Todo depende de la situación del pasivo y su posibilidad de flujos de caja. Por lo general, la empresa que entra a reorganización considera que puede salir adelante.
A veces, hay casos en que las personas utilizan este mecanismo para llegar al trámite liquidatorio, pero quien entra a un proceso de insolvencia debe tener un plan de negocios, el cual le permitirá salir con éxito del proceso y renegociar sus deudas con los acreedores para acceder a plazos de gracia.
Estadísticas de la Supersociedades muestran que la mayoría de las compañías en proceso de reorganización tienen éxito y consiguen realizar un acuerdo con sus acreedores. La cifra se aproxima al 60%.
Al menos 40% de las sociedades no logra salir de este trámite y se ven obligadas a iniciar un proceso de liquidación judicial. Se aconseja a los empresarios en crisis que acudan a él. Los costos de este trámite han reducido. Por ejemplo, en las compañías grandes ya no se nombran auxiliares de la justicia porque implican un costo muy elevado, de manera que el acceso es más económico.
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