Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
En el estudio de esta NIA veremos :
Se refiere a las responsabilidades del auditor con respecto al fraude.
El fraude es una acción intencionada. Al auditor le concierne el fraude que da lugar a incorrecciones materiales en los estados financieros. Estos pueden deberse a información financiera fraudulenta o a apropiación indebida de activos.
Los responsables en la prevención y detección del fraude son quienes dirigen y administran la empresa. El auditor debe responder por la existencia o no de incorrecciones materiales en los estados financieros, debidas al fraude o al error. Es posible que algunas no puedan detectarse aunque la auditoría esté bien planeada y ejecutada, de acuerdo con las NIA.
Hay mayor riesgo de no detectar incorrecciones en los estados financieros debidas al fraude que por las originadas en un error. Esto es porque el fraude puede ser sigilosamente planeado para que no sea descubierto, con estrategias como: falsificación de documentos, omisión de registros contables o entrega al auditor de manifestaciones falsas. Si lo anterior va acompañado de colusión o confabulación para apropiarse indebidamente de activos, es mucho más difícil de detectar y el auditor puede pensar que las evidencias obtenidas son convincentes cuando realmente son falsas.
El fraude cometido por los directivos de la empresa es más difícil de encontrar que el realizado por los empleados, porque los directivos tienen mayor capacidad de maniobra para ocultarlos, mediante manipulación de registros, suministro de información falsa y elusión de procedimientos de control interno. Esta situación lleva a que el auditor sea escéptico durante su labor, frente a todos los directivos, administradores y empleados del ente auditado.
La NIA 240 tiene por objeto la identificación y valoración de los riesgos de incorrección material en los estados financieros, a causa de fraude y obtención de evidencia suficiente y adecuada sobre estos riesgos. Además, establece la manera de responder en debida forma ante a la detección del fraude o de los indicios de que pueda presentarse, hallados durante su labor de auditoría.
a. “Fraude: un acto intencionado realizado por una o más personas de la dirección, los responsables del gobierno de la entidad, los empleados o terceros, que conlleve a la utilización del engaño con el fin de conseguir una ventaja injusta o ilegal”.
b. “Factores de riesgo de fraude: hechos o circunstancias que indiquen la existencia de un incentivo o elemento de presión para cometer fraude o que proporcionen una oportunidad para cometerlo”.
Contador Público; coautor de los libros ‘Iniciación a las NIIF’ y ‘Valor Agregado de la Revisoría Fiscal’.
De igual manera, ha ocupado los siguientes cargos: Asesor del Consejo Técnico de la Contaduría y de la Junta Central de Contadores, miembro de la Junta Central de Contadores, Director Ejecutivo del Colegio de Contadores Públicos de Colombia, Vicepresidente Técnico de la Confederación Iberoamericana de Contadores Públicos; Director Ejecutivo y Secretario General de la Confederación de Asociaciones de Contadores Públicos de Colombia, CONFECOP.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
