Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Sí se forman Contadores Públicos en Universidades de garaje? (Segunda parte) – Carlos Sastoque Maldonado


Carlos H. Sastoque

¿Se requiere control del Estado al negocio de la  educación privada?

Mientras el Estado no tenga como meta especial la calidad de la educación y de la formación profesional, y le ponga el control  al explotador e injusto negocio de la educación privada, es imposible que las universidades privadas –no solamente en materia de Contaduría Pública, sino en todas las ramas del conocimiento- puedan ofrecer los profesionales que necesita Colombia y que efectivamente aporten a su  crecimiento económico y social. En conclusión, es necesario que nuestros gobernantes, nuestros legisladores y nuestros educadores piensen más en nuestro país y menos en sus intereses egoístas y que la educación no siga siendo manejada con espíritu mercantilista y sometida a la ola de corrupción que nos está carcomiendo.

¿Y sobre la investigación que?

Cuando esto se haya conseguido, las universidades privadas cumplirán con el mínimo que deben –por norma legal- dedicar a la investigación, podrán tener recursos materiales, tecnológicos y humanos ideales para atender a su misión de formar profesionales idóneos y aterrizados y se preocuparán por mantener planes de estudio futuristas y acordes con las necesidades reales del país. Y, simultáneamente, deben establecerse mecanismos gubernamentales e institucionales (propios de cada universidad) que ejerzan una permanente y eficiente labor de vigilancia sobre la calidad académica y, en general, el funcionamiento de las universidades, tanto públicas como privadas.

¿Será que hay Universidades de garaje?

El problema de la formación profesional no es solamente de los contadores públicos. Es un problema general que cubre a todas las instituciones de educación superior –en mayor gravedad a las privadas- y a todas las ramas del conocimiento. Es también un problema de la concepción del Estado y de los gobernantes y legisladores que elegimos. Difícil es entonces que consigamos una norma legal que garantice la calidad de los contadores públicos. Pero, de todas maneras, es necesario que hagamos lo que –dentro de las limitaciones que encontramos- sea posible para al menos elevar a un nivel más decoroso y calificado la formación de nuestros futuros colegas. Y evitar que sigan proliferando y existiendo tantas universidades de garaje, con docentes a los que les pagan indignas remuneraciones y  carecen de estabilidad laboral.

Autor:

C. P. Carlos SastoqueM.
Email: carsastoque@yahoo.com

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