Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Son dos, el sistema que administra los fondos públicos, Régimen de Prima Media con Prestación Definida, y el que administran los fondos privados, Régimen de Ahorro Individual.
Los que están en el Régimen de Prima Media y quedaron en el régimen de transición de la Ley 100 de 1993, se han pensionado y se alcanzarán a pensionar hasta el 31 de diciembre de 2014, con sólo 60 y 55 años de edad hombre y mujer respectivamente y con mínimo 1.000 semanas de cotización. Los que no están en régimen de transición, les tocará 62 y 57 años respectivamente y mínimo 1.300 semanas. Como observamos, se aumentó la edad de espera y más semanas cotizadas.
Los que están en el Régimen de Ahorro Individual no se deben reir mucho, pues ellos también la tienen bastante difícil, pues desde el año 94, cuando empezaron los fondos privados, su publicidad “… venga, trasládese, que aquí usted decide a qué edad se pensiona…”, fue una verdad a medias y como dicen algunos: “una verdad a medias es una mentira a medias”, en el fondo privado, nadie sabe cómo es que los fondos hacen la operación matemática para determinar si el capital que estamos acumulando, es el necesario para acceder a una mesada pensional moderadamente similar al salario que en promedio se ha usado como Ingreso Base de Cotización y a una edad incluso, inferior a los 55 años, pues repetimos, fueron ellos los que en el año 94 dijeron: “…tú decides a qué edad te pensionas…”
Así se oponga el Vicepresidente de la República, las Centrales Obreras, algunos estudiantes universitarios hagan protestas, etc., es necesario una reforma pensional, pues el sistema público y privado va a colapsar. Los motivos del futuro colapso, sin lugar a dudas, tiene entre sus principales responsables, la dualidad de sistemas que nuestra economía no soporta (Prima Media y Ahorro Individual) creado con la Ley 100 de 1993.
Pues son muchos los países del mundo, donde sólo tienen un sistema, igual o parecido a nuestro régimen de prima media con prestación definida, donde toda la población trabajadora tiene que cotizar a la misma bolsa y de ella, se paga la pensión a los que van alcanzando los requisitos de pensión, lo anterior, se denomina como sistema piramidal (pirámide pero de las buenas), pues en la base de la pirámide (más grande) hay muchos cotizantes y en la punta (más pequeña) están los pocos que se van pensionando, siendo de esta manera el sistema auto sostenible.
Pero con la entrada de los fondos privados, la población cotizante se distribuyó en dos sistemas, de tal manera que la pirámide del fondo público se invirtió, pues los pensionados se siguen dando, pero la base de cotizantes se disminuyó.
Mientras que en los fondos privados, éstos ya empezaron a quejarse y ven difícil cumplir en un par de años con su obligación de pagar pensiones con un número importante de pensionados, pues ellos, llevan 18 años captando aportes, pero ya están los cotizantes empezando a reclamar pensión y por ende, ya están pagando y eso si les duele, pues como dice el DANE, los colombianos cada día vivimos más, o sea, tenemos mayor expectativa de vida y ellos –los fondos privados-, quieran o no, una vez otorgan pensión de vejez, tienen que pagarla de manera vitalicia “y que dolor que un viejito les viva hasta los 100 años y fuera de eso casado con una pollita de 30 quien se beneficiará de una pensión de sobrevivencia otros 100 años más”.
Con seguridad, el Gobierno promoverá una reforma que de manera sencilla, mejore las finanzas tanto de los fondos públicos como privados, con un “articulito” y esto se da con sólo aumentar en uno o varios puntos, el porcentaje de cotización. Ejemplo, pasar del 16% a un 18 o 20 por ciento.
Sabemos que es obligatorio cotizar a vejez, así las expectativas de alcanzar tan preciado derecho se aleje cada vez más, por ende, no cotice pensando en la vejez, cotice pensando en que mientras tanto, si sufre un accidente o enfermedad grave, podría acceder a una pensión de invalidez o en caso de muerte, una “pensioncita” a nuestros cónyuges, compañeros e hijos o padres según el caso.
De tal manera que están lejanas y en poco nos alejarán más las condiciones para acceder a la pensión de vejez en ambos sistemas, por ello, no depositen sus esperanzas de una vejez digna con una pensión que será una incertidumbre, haga algo que le garantice una vejez digna.
Entre las alternativas que podrá realizar está hacer inversiones serias, nada de depositar sus ahorritos donde le ofrezcan grandes intereses en corto plazo, “no se dejen volver a tumbar”, nada de comprar “cruces del Santo Monte envuelta en pelo cortado a Cristo” que esos talismanes no lo van a hacer rico, salvo que usted los haga y los venda como si fueran milagrosos; invierta en pequeños negocios paralelos a su trabajo, como actividades donde pueda vincular a su familia como producir algo, sembrar en la finca de recreo, promocionar un servicio, no descarte en las noches, montar en su casa una peluquería, una tienda, un taller, etc.
Y por último, recuerde que la mejor inversión que puede hacer, la más segura y eficaz y así garantizarse una vejez digna, es invertir en los hijos, en su buena crianza, buen estudio, disciplina, darles una buena “nalgada” cuando sea necesario…. Que un hijo bien criado, jamás dejará aguantar hambre a sus padres en la vejez.
Nota: Este editorial, es dedicado y en agradecimiento a los centenares de personas que nos acompañaron en Cali, Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Neiva, Ibagué, Villavicencio, Pereira y Medellín y los que asistieron desde otras ciudades en la Gira de Actualización Laboral.
Alexander Coral R. Abogado – Líder de Investigación Legal actualícese.com
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