Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Juan Pablo Romero, abogado de Cuberos Cortés Gutiérrez, afirma en Actualícese que se debe impedir el ingreso definitivo de nuevos afiliados al RPM, con el fin de disminuir parcialmente los subsidios estatales a favor de los pensionados de mayores ingresos como existen actualmente.
Juan Pablo Romero Ríos, abogado especialista en derecho laboral de la firma Cuberos Cortés Gutiérrez, critica el régimen de prima media –RPM– en nuestro país, el cual desde su punto de vista es el gran culpable de la desigualdad y falta de equidad del sistema pensional.
El desarrollo de programas de formalización laboral a nivel departamental y municipal en los sectores rurales del país; la regulación del trabajo de economía colaborativa desarrollado a través de plataformas electrónicas; que los trabajadores puedan cotizar por debajo del salario mínimo en función de su nivel de ingresos; el pago de aportes por días −ya establecido con el Decreto 2616 de 2013, ahora compilado en el DUR 1072 de 2015− con la diferencia de que se permita también a los trabajadores dependientes que devenguen ingresos superiores al salario mínimo y que sean afiliados al régimen contributivo en salud… son algunas estrategias que podría incluir una reforma pensional para que más personas coticen al sistema.
De igual manera fortalecer las funciones de fiscalización de la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales −UGPP− tanto para personas naturales como jurídicas; realizar campañas de sensibilización sobre las ventajas de cotizar al sistema de seguridad social; así como establecer un esquema de aportes diferencial en donde aquellos con mayores ingresos tengan un nivel de aportes mayor a aquellos de ingresos inferiores.
Nuestro sistema pensional es desigual e inequitativo debido al RPM administrado por Colpensiones, porque en este régimen los subsidios que otorga el Estado con cargo al Presupuesto General de la Nación son destinados a aquellos afiliados de mayores ingresos en lugar de a los que perciben menores ganancias. Este fenómeno se presenta porque en el RPM el Estado garantiza el pago de las pensiones a aquellos afiliados que cumplan con las semanas de cotización, indiferentemente de si alcanzan o no para financiar una renta vitalicia.
Mientras que para una pensión de un salario mínimo legal el Estado aporta la suma de $88.000.000, para una de 25 salarios mínimos aporta $1.222.000.000. En Colombia las mesadas del quintil de ingresos más altos de la población recibe el 50.8 % de los subsidios, las del quintil 4 reciben el 23.4 %, mientras que las mesadas del quintil más bajo solo reciben el 4.3 %. Como se observa, en el RPM el efecto es contrario al Robin Hood, pues la riqueza no se distribuye hacía los afiliados de menores ingresos sino a los de mayores ingresos.
No considero que deba hablarse de rivalidad, porque tanto el RPM como el régimen de ahorro individual −RAIS− cuentan con elementos diferenciadores que permiten a los afiliados escoger el que más se ajuste a su situación particular, sin que uno pueda determinar a grosso modo que un régimen es mejor que el otro. Lo que sí es cierto es que el RPM y el RAIS no se complementan, en tanto que son excluyentes el uno del otro.
Existen tres elementos esenciales que los diferencian, y generan en muchas ocasiones que los afiliados no tomen la decisión adecuada al momento de materializar el principio de libre escogencia. El primer elemento es que en el RAIS los afiliados pueden acceder a una pensión con 150 semanas menos de cotización que en el RPM.
El segundo elemento es que la devolución de saldos que se otorga en el RAIS es considerablemente superior a la indemnización sustitutiva que se otorga en el RPM.
El tercer elemento es que la pensión en el RPM en principio es mayor a la que se otorga en el RAIS. Lo anterior, dado que en el RPM la pensión se reconoce con base en una fórmula definida en la ley, y en el RAIS depende directamente del capital ahorrado.
Existe el mito de que el RPM es “mejor” y por eso la mayoría de los afiliados toman la decisión de trasladarse a dicho régimen sin tener en cuenta su situación particular y las diferencias anteriormente descritas. Se podría pensar que el RAIS está diseñado para las personas de menores ingresos, mientras que el RPM está diseñado para favorecer a los afiliados de mayores ingresos, afirmación que es discutible pero a la cual se puede llegar después de hacer un escueto análisis.
El aumento de la edad es un tema que se ha discutido en la propuesta de reforma pensional y que ha tenido poca aceptación en la población. Sin embargo, más allá de aumentar las edades considero que la reforma se debe centrar puntualmente en la forma de financiación del régimen de prima media. No obstante lo anterior, no podemos desconocer que la expectativa de vida ha venido aumentando y a mayor longevidad mayor gasto público y mayor asunción del riesgo de las aseguradoras privadas en el financiamiento de las pensiones, lo que lleva incluso a rediseñar las tablas de la Superfinanciera respecto a la expectativa de edad. Este, por lo tanto, sería un punto que se debe estudiar a fondo y que, en mi opinión, hasta podría poner sobre la mesa la propuesta de equiparar las edades de hombres y mujeres, discusión que ya fue zanjada hace unos años por la Corte Constitucional.
Alrededor del RPM se pueden plantear una serie de soluciones como son el fenómeno llamado “marchitamiento del régimen de prima media”, que consiste en impedir el ingreso definitivo de nuevos afiliados a este régimen, con el fin de disminuir parcialmente los subsidios estatales a favor de los pensionados de mayores ingresos, como existen actualmente.
Otra de las soluciones sería limitar la afiliación al RPM de aquellas personas que perciben altos ingresos, permitiendo solo la afiliación de las personas que devenguen hasta 5 smlmv, y que los de ingresos superiores obligatoriamente deban estar afiliados al RAIS, con la posibilidad de realizar aportes voluntarios como actualmente se permite. Esta propuesta se debe justificar objetivamente sobre la base del principio de sostenibilidad financiera para efectos de que no se vaya a “caer” en el control constitucional.
Abordar una reforma pensional no es un tema de fácil manejo por la cantidad de actores que participan en el mismo. Por eso los anteriores gobiernos no han profundizado en el tema, debido a que lo consideran una medida poco populista y que genera gran impacto en los afiliados.
Recientemente el tema se ha reactivado debido al déficit fiscal actual de 40 billones de pesos, que a raíz de las últimas reformas tributarias, y con las que se avecinan, están afectando a la población. No obstante, en dicha reforma se deberán generar espacios de concertación entre todos los actores del sistema para que se discutan diferentes propuestas de reforma que permitan racionalizar el gasto público que actualmente demanda el sistema de seguridad social en pensiones.
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