Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El artículo 30 del ET establece una serie de situaciones en las que la distribución de las utilidades (ya sea en dinero o en especie), sin importar la denominación que se les dé, se considera como dividendos y participaciones. A continuación presentamos cada uno de estos casos.
Los artículos 148 a 150 del ET enuncian las pérdidas que pueden deducirse del impuesto sobre la renta del contribuyente. Estas pueden ser por pérdidas de activos, enajenación de los mismos y, además, por las pérdidas que sufran personas naturales en actividades agrícolas.
Los artículos 151 a 155 del ET enuncian las pérdidas que no son deducibles del impuesto sobre la renta del contribuyente. Entre estas se encuentran las originadas por la enajenación de activos a vinculados económicos, a socios, venta de acciones o cuotas de interés social y ciertos tipos de bonos.
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