La contaduría pública se configura como una profesión interdisciplinaria que no solo responde al sentir económico de la actividad empresarial, sino que además cuenta con un compromiso social.
Por ello, el contador adquiere un alto grado de responsabilidad en el desarrollo de sus funciones.
La corrupción hace parte de una de las acciones que más afecta la profesión contable, pues el profesional encargado, dentro de la ejecución de sus funciones, está expuesto a muchos riesgos que finalmente subyacen en este tipo de actos, razón por la cual resulta importante conocer sus implicaciones.
La responsabilidad que compete al ejercicio de la profesión contable ahonda no solo en los aspectos que circundan el entorno empresarial; también converge otra serie de elementos relacionados con el compromiso social e intelectual.
El profesional contable, sea cual sea el rol que desempeñe dentro y fuera de la organización, puede estar expuesto a diversas situaciones de riesgo como amenazas de intereses, triangulación empresarial e incluso el lavado de activos.