Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Trabajar desde el hogar es la tendencia que se impone gracias a la economía cambiante que, cada vez más involucra a las empresas, cuyas actividades comerciales están en consonancia con la economía del futuro, y por tanto, capitalizan la oportunidad para ser más competitivos aprovechando esta modalidad laboral enfocada en objetivos. En Colombia, poco a poco, se viene consolidando. Para conocer más detalles dialogamos con Herlaynne Segura, Teletrabajadora con conocimientos en educación virtual y magíster en Sociedad de la Información y el Conocimiento.
Herlaynne Segura, teletrabajadora y experta en contenidos digitales.
Herlaynne Segura, Máster en Comunicación Digital y Magíster en Sociedad de la Información y el Conocimiento de la Universidad Oberta de Catalunya comenta que el efecto sicológico que ha tenido el Decreto 884 del 2012 ha sido enorme. «Nunca se había hablado y promovido tanto el Teletrabajo. Y como dice el sociólogo Manuel Castells, todo progreso o atraso del pueblo tiene que ver con sus gobernantes. Efectivamente eso está pasando en Colombia; cuando el Gobierno lo impulsó, se empezaron a ver diversas dinámicas».
Para ella, a pesar que desde años atrás había muchas personas teletrabajando en Colombia, el Gobierno no lo sabía, «entonces se ha venido promoviendo hasta llegar al punto de formalizarlo, para que las empresas le apuesten a este tema. También, hay varias compañías que ya han firmado los pactos por el Teletrabajo con el Ministerio de Trabajo y el Ministerio TIC. Ya hay personas que trabajan dos veces a la semana en la casa y tres en la empresa o viceversa». Es más, el Teletrabajo ya se discute en las áreas de recursos humanos en las empresas.
Apenas un año después que el Decreto 884 viera estampada la firma presidencial, Colombia Digital dijo que la penetración del Teletrabajo en Colombia era del 9%, porcentaje que equivale en promedio a 31.533 Teletrabajadores en todo el país. Hoy, Colombia cuenta con más de 39.000. Bogotá cuenta con 23 mil 400 teletrabajadores; Cali y Barranquilla más de 3 mil, y Medellín con 2 mil 850 teletrabajadores.
Con experiencia en periodismo digital, gestión de conocimiento en red, educación virtual y teletrabajo, Segura dice que el término Teletrabajo ya se usa con recurrencia y es visto en las empresas como un salario emocional. «La persona que accede a él tiene las capacidades, competencias, disciplina, autorregulación, y efectividad sin tener a alguien al lado. Además, un empleado más satisfecho será más productivo».
Dentro de los aspectos positivos se observa cómo los puestos de trabajo que todo el tiempo están ocupados por una persona, si esa persona no está un día, con el Teletrabajo otros empleados tienen acceso a dicho puesto. También, la movilidad se reduce y la misma contaminación ambiental. Hay mucho bienestar para los teletrabajadores.Según un estudio de Cisco Systems, el Teletrabajo aumenta la productividad de los empleados en un 23%, reduce el ausentismo de los mismos en un 63%, y en un 18% los gastos en planta física. Sin embargo, hay empresas donde todavía existe el paradigma de que si una persona no está en su lugar de trabajo no está trabajando o no es productiva.
Como lo publica finanzaspersonales.com.co, gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, TIC, muchos cargos se pueden desarrollar físicamente desde cualquier lugar, y por esto el trabajo debe adaptarse a los nuevos tiempos. El espacio de trabajo ya no está limitado a la oficina, pues la tecnología ofrece soluciones que permiten a las personas contar con la información y acceso necesario independientemente de donde estén ubicados.
Hay situaciones donde las personas se benefician enormemente de estar en sus casas -mujeres en etapa de gestación o lactancia posterior a la licencia de maternidad- o simplemente personas que viven muy lejos de sus lugares de trabajo y pierden tiempo en el tráfico innecesariamente, o sencillamente no requieren estar en el lugar de trabajo (los comerciales).
En el Teletrabajo se habla de salario emocional, porque una persona que tiene hijos pequeños o que se estresa en los desplazamientos, o debe estar pendiente de adultos mayores, puede aprovechar su espacio tanto con su empleo como con estas personas cuando está en casa.
«Un detonante para que me convirtiera en Teletrabajadora -dice Segura- fue cuando nació mi segundo hijo; al cumplir los dos meses estuvo en cuidados intensivos, colapsé. Sentía que no me podía despegar de él. Le pedí a la Universidad que me diera una comisión de estudios para estudiar de forma virtual. El ser Teletrabajadora me permite ser productiva profesionalmente y compartir mucho tiempo con mi familia», dice.
Segura sostiene que todavía hay empresas que no se acostumbran a que el trabajador desempeñe labores desde su casa. «El problema está en que todavía hay desconocimiento; es un asunto cultural. Cuando las personas no quieren romper paradigmas y prefieren ver personas sentadas en el puesto de trabajo, no funcionará. Los líderes deben tener una mayor visión. Las empresas que fracasan en el Teletrabajo es porque no hay líderes competitivos y con visión», dice ella.
Hay estrategias de separación donde alguien de la empresa va a la casa del Teletrabajador y observa si se presentan o no las condiciones adecuadas para Teletrabajar. Prácticamente le exigen al empleado que traslade el trabajo a la casa. «En ocasiones no tiene sentido esto y es mejor irse a trabajar a la oficina. Si hay tantas restricciones, pues no hay Teletrabajo».
Finalmente, Segura dice que no es fácil mantenerse en medio del Teletrabajo porque las condiciones no están dadas o porque no hay buena remuneración. «Las empresas que cuentan con Teletrabajo nunca sacan un clasificado que diga «se necesita Teletrabajador». Lo que hacen es poner a sus mismos trabajadores a Teletrabajar. No dan la posibilidad de abrir convocatorias».
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
