Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Existen varios tipos de cheques y formas de emisión de estos. Sin embargo, los más usados son el de gerencia, el cruzado y el habitual. A pesar de ser objeto de negociación constante aún se tienen dudas frente a su modo de uso y forma de cobro. A continuación explicamos las diferencias.
Brevemente respondamos el siguiente interrogante: ¿cuál es la diferencia entre un cheque normal, uno de gerencia y uno cruzado?
Para responder el anterior interrogante es oportuno recordar en principio que los cheques de gerencia tienen como característica principal que el librador y el librado son la misma persona, es decir, la entidad financiera; esto en razón a que no existe orden de pago alguna por parte del cliente, sino una promesa de pago proveniente de la entidad librada a través de una orden a su propio cargo o a cargo de una de sus sucursales.
Por otro lado, el cheque cruzado hace referencia al cual se trazan dos líneas paralelas en el adverso. La finalidad de este es la reducción del riesgo de pérdida o robo y prevenir que sea cobrado por personas distintas a la que se extendió. Sin embargo, el cruzamiento no evita su circulación ni negociabilidad.
Finalmente, el cheque ordinario es aquel título valor mediante el cual una persona llamada librador que posee una cuenta corriente bancaria, ordena a una entidad financiera llamado librado para que pague una determinada suma de dinero a la orden de un tercero llamado beneficiario. La característica principal de este cheque es que es pagadero a la vista y puede ser cobrado en efectivo en ventanilla por el tenedor legítimo.
Al momento de negociar con cheques existen tres partes intervinientes: el librador, el librado y el tenedor o beneficiario; a continuación explicamos cada una de estas figuras.
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