Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

«Todos los días vemos acciones en las que prevalece el interés privado sobre el público»


«Todos los días vemos acciones en las que prevalece el interés privado sobre el público»
Actualizado: 13 julio, 2017 (hace 7 años)

* Foto: La República.

Ana María Ibañez, profesora de la facultad de economía de la Universidad de los Andes, afirma que Colombia tiene un Estado pequeño, con una burocracia débil y con un sistema de justicia poco eficaz, factores que hacen que sea complejo imponer orden e impartir justicia.

Para Ana María Ibañez, profesora de la facultad de economía de la Universidad de los Andes, el incremento de la preocupación por la corrupción se puede presentar porque efectivamente hay más corrupción, porque hay más capacidad para detectar y denunciar la corrupción, o por ambas.

«Pero al analizar cómo estaba el país en los ochenta y cómo estamos hoy, hemos avanzado. Todos los indicadores sociales han mejorado, el sector privado se ha fortalecido, se desmovilizaron varios grupos guerrilleros y muchos derechos de las minorías se han protegido. Podría mencionar varios avances más positivos», dice Ibañez.

Desde su punto de vista, los análisis catastróficos no construyen, son emocionales y facilistas. Solo ganan adeptos y votos. «Deberíamos concentrarnos en fortalecer lo positivo y solucionar los múltiples problemas que tenemos», afirma.

“uno de los factores que han llevado a una estampida de actos de corrupción es la reelección, la cual, en sus palabras, resulta nefasta para el país”

Para esta economista de la Universidad de los Andes, uno de los factores que han llevado a una estampida de actos de corrupción es la reelección, la cual, en sus palabras, resulta nefasta para el país. «El clientelismo se ha fortalecido y esto ha contribuido a profundizar la corrupción. Muchas son las transacciones que se han hecho de votos por puestos, contratos y favores políticos», asegura.

Lo anterior, desde su punto de vista, sucede a todos los niveles: el sector justicia, el Gobierno en general y los gobiernos locales. «Pero la corrupción no es solo política. Todos los días vemos pequeños casos de corrupción y acciones en las cuales prevalece el interés privado sobre el público», piensa.

Ibañez coincide con el diagnóstico que Mauricio García hace en su libro El orden de la libertad, en el que el escritor expresa la necesidad de imponer orden. Para ella, los colombianos debemos aprender a cumplir las reglas, desde las cotidianas hasta las más elaboradas.

Sobre el papel de las redes sociales frente a la corrupción, dice que estas son un reto enorme, pero no se debe renunciar a la búsqueda de la verdad:

«Las redes tienen también dimensiones positivas. Han contribuido a llamar la atención sobre problemas que estaban ocultos, le han dado voz a poblaciones que antes no la tenían y han contribuido a fortalecer causas que las elites políticas ignoraban. Ahora tenemos que aprender a contener la mentira y la calumnia».

Ibañez piensa que es preocupante la polarización y la baja credibilidad que tiene la población en las instituciones, situación que pone en peligro la democracia. «Puede abrir la puerta a proyectos políticos populistas y autoritarios. Tenemos varios candidatos con ese perfil. Las rencillas y políticas actuales que han generado esta polarización son sumamente irresponsables», opina.

Cuando se le pregunta si la corrupción es un problema que se explica por debilidad institucional, cultural o moral, esta Ph.D. en Economía Agrícola y Recursos Naturales de la Universidad de Maryland cree que hay un problema de debilidad institucional profundo.

«Colombia tiene un Estado pequeño, con una burocracia débil y con un sistema de justicia poco eficaz. Sin esto es difícil imponer orden e impartir justicia. Sin reglas y orden cada persona se concentra en salir adelante a su manera (una especie de sálvese quien pueda) y sacar provecho personal sin tener en cuenta las consecuencias para la sociedad».

Finalmente, Ibañez afirma que para superar la crisis ética se deben fortalecer las instituciones, hacer cumplir las leyes y las reglas de convivencia, ejercer control ciudadano sin ánimos de figuración, y discutir abiertamente este tema en todos los ámbitos de la sociedad.

* Con información de la revista Semana.

Material relacionado

Descubre más recursos registrándote o logueándote. Iniciar sesión Registro gratuito
,