Desde hace varios años, incluso antes de fundar a actualicese.co, he visto la urgente necesidad de unir al gremio contable bajo una figura que nos represente y agrupe con legitimidad.
Y son precisamente esas las palabras claves las que han evitado dicha unión: la representatividad, y la legitimidad.
Quienes convocan a muchos Contadores no tienen un mandato legítimo que les confiera el poder para proponer y ejecutar líneas de acción que conduzcan a mejorar el bienestar profesional del que tanto adolecemos. Muchos podemos tener muchas ideas (no necesariamente buenas, lo reconozco), pero sin la legitimidad de un mandato que provenga de un buen porcentaje de colegas que se verían afectados por ellas quedamos más o menos en las mismas.
Y los que son legítimos (y que dirigen las instituciones) adolecen del suficiente poder de convocatoria que les haga reconocidos en las bases, en el Contador raso, en «el de a pié».
Es común encontrar colegas que no tienen idea de cuál ente puede solucionar los problemas que les aquejan, y muchos confundimos las funciones de los distintos entes. Por poner un ejemplo, ¿cuántos Contadores saben a cuál ente deben dirigirse para denunciar a un colega que lleva a cabo malas prácticas? ¿a la Junta Central de Contadores o al Consejo Técnico de la Contaduría Pública?.
Por ello, la única forma de llevar representatividad y legitimidad a un grupo humano que dé la pelea por nuestros derechos como profesionales es que todos evaluemos y sopesemos las razones por las cuales los miembros de otras profesiones lo han hecho.
Y aquí puedo correr el riesgo de sobre-simplificar, pero hay ventajas evidentes de pelear por nuestros derechos como profesionales en 3 aspectos que considero vitales:
Todos sabemos que hay tablas únicas y de referencia para el cobro de honorarios en gremios como el de abogados, médicos (aunque fuera a la brava con la Ley 100), ingenieros y demás.
Las reglas de mercado de oferta y demanda regularmente son demoradas y dejan muchos profesionales lesionados, afectados o quebrados en su camino. Para evitarlo están las tablas aceptadas de honorarios. Y a pesar de existir propuestas muy claras y sustentadas en sendos estudios, no todos pueden acceder a ellas para generar una referencia clara.
Todo esto cambiaría con un gremio contable unido.
¿Quién en nombre de la profesión, nos ha defendido como un gremio unido cuando los economistas y administradores han pedido ser autorizados para dar Fé Pública que ostenta el Contador?
Este tipo de derechos pueden estar en una posición muy frágil frente a estos embates, con unos profesionales inscritos pero que no estén afiliados a una Colegiatura Única o una figura agrupadora. Este sólo argumento es uno de los más importantes para la unión.
Pero no dejemos de lado la visión de futuro que debe tener una profesión en su entorno.
Aunque parecería que este tipo de debates corresponden al más alto nivel, y no a la vida del Contador de a pié, hay temas que van a pasar -tarde o temprano- a la vida real dentro de poco.
Por ejemplo, la globalización. Hay estándares internacionales que deberán ser aplicados en nuestro país, queramos o no. La capacitación continuada es una exigencia, la cual gústenos o no debemos aceptar. Y más nos vale tener una posición unificada, pues la alternativa es bastante sombría.
Estas son unas reflexiones generales frente a este difícil tema. La pregunta que queda en el aire es: ¿cómo hacemos para llevar este mensaje de urgencia a todos nuestros colegas?
¿Qué parte del mensaje debemos enfatizar y manejar?
Jose Hernando Zuluaga M.
CEO (Presidente y Fundador)
actualicese.co