Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Para determinar el punto óptimo del crecimiento de una empresa, la variable más adecuada a analizar es la rentabilidad; con esta se determina el nivel de ganancia que genera la inversión a fin de determinar la productividad del patrimonio.
Respondamos brevemente el siguiente interrogante: ¿cuál es el nivel de crecimiento que debo tener en mi negocio?
Lo primero es decir que la mejoría de una empresa está directamente ligada al crecimiento de las ventas o de los ingresos generados por la compañía; el razonamiento más aconsejable es trabajar sobre el concepto de planeación estratégica a la inversa. Es decir, lo que se debe buscar es el cálculo de la rentabilidad que está siendo generada desde el punto de vista del patrimonio o de los aportes realizados por los socios.
Desde la recomendación del experto financiero José Arbey Maldonado, la rentabilidad de una empresa debe estar alrededor del 10% como porcentaje mínimo. Lo anterior quiere decir que si se tiene el patrimonio que incluye el capital aportado más las reservas legales, sumado con las reservas estatutarias, adicionando las utilidades que no han sido distribuidas, dichos conceptos patrimoniales son iguales a 500 millones. De tal manera, para que la empresa se encuentre en la rentabilidad mínima óptima se debe obtener una utilidad neta de 50 millones después de impuestos y de todas las erogaciones pertinentes, a fin de llevar a su valor neto el resultado de la operación de la empresa.
A partir de la última línea del estado de resultados, es decir, de la utilidad neta, se debe ejecutar un ejercicio retrospectivo a fin de construir los resultados de la empresa. En otras palabras, si la compañía tiene unos ingresos determinados se deben limitar todas las erogaciones a fin de obtener la utilidad neta esperada, la cual no debe ser inferior al 10% del patrimonio de la compañía.
Por todo lo anterior, el nivel de crecimiento no es la variable determinante para visualizar el estado de la organización y la viabilidad como negocio, sino que se deben calcular las ganancias reales de la inversión ejecutada en la empresa, resultado que se obtiene por medio de la rentabilidad.
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