Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Debido a la alta de oferta de contadores y a la evidente carga operativa de los que ejercen en la actualidad, la discusión sobre los beneficios o desventajas de estudiar Contaduría está siempre a la orden del día. La ventaja más significativa es la versatilidad que se adquiere en el ejercicio de la profesión.
Antes de adentrarnos en cualquier tipo de discusión al respecto de los pros y contras en el ejercicio de la profesión contable, debe resaltarse que, debido a la relevancia de esta profesión en el mundo empresarial –por su papel conciliador al respecto de las problemáticas en torno al procesamiento, organización y emisión de información–, y en respuesta a las necesidades, cada día más acuciantes, de los usuarios con relación a la toma de decisión, el ejercicio de la contaduría seguirá existiendo y transformándose.
Con el advenimiento de convenios internacionales, intercambio de información de forma inmediata, expansión de mercados, cambios normativos, requerimientos de los órganos de inspección, entre otros, el ejercicio contable ha tenido que transformarse de manera que sirva para emitir información útil, comparable y fiable para los usuarios de un contexto globalizado, los cuales son cada vez más exigentes a la hora de requerir información. Esto exige a los profesionales contables una actualización constante y un gran compromiso.
Podría decirse que, aunque la profesión contable siempre ha sido versátil, a partir de la aplicación de los Estándares Internacionales lo es aún más. Para dar respuesta a los requerimientos del mercado, el contador público, de acuerdo a sus habilidades, competencias y conocimientos, puede optar por diferentes roles en su ejercicio profesional. A continuación, mencionamos algunos estos.
De acuerdo con las cifras emitidas por la OCDE en su informe Estadísticas tributarias en América Latina y el Caribe 2018, Colombia es uno de los países más rezagados en términos de recaudo de impuestos, lo cual ha impulsado al Gobierno a emitir 4 reformas tributarias en menos de 8 años (reformas de 2010, 2012, 2014 y 2016), sin contar con los decretos asociados a estas reformas y las que se emitan en este nuevo período presidencial (2018-2022). Lo anterior, aunado un gran número de cambios en los lineamientos tributarios, supone para lo contadores un ejercicio constante de actualización al respecto de sus conocimientos y del modo en que ejecutan a diario su labor.
Dadas las labores diarias del contador, que generalmente le impiden convertirse en especialista en temas fiscales, y las dificultades que se presentan al intentar estar al día con las obligaciones tributarias, las empresas acuden a un asesor o consultor, quien llega como salvavidas para brindar las pautas sobre las obligaciones tributarias, sus respectivos vencimientos; cómo deben ser elaborados los diferentes formatos y formularios; y qué decretos, resoluciones, conceptos y oficios deben atenderse para cumplir con dichas obligaciones. A la vez que atiende diferentes cuestiones asociadas al procedimiento tributario como requerimientos de la Dian, sanciones y demás.
En Colombia –de forma progresiva– se está pasando de educar empleados a educar emprendedores y esto no es ajeno en la formación de los contadores. Se evidencia que en diferentes pensum de Contaduría Pública existen asignaturas de gestión de proyectos, emprendimiento empresarial y administración financiera, que dan orientaciones de cómo materializar una idea de negocio y cómo administrarlo. Adicionalmente, los estudiantes adquieren conocimientos en materia de derecho tributario, laboral y comercial, conocimientos que les permite generar mejores estrategias a la hora de diseñar y ejecutar proyectos de emprendimiento.
La toma de decisiones en las empresas y la generación de estrategias es quizá una de las fases más importantes en el rol de la administración, las decisiones a las que lleguen socios y administradores pueden ser determinantes para que la empresa cumpla con la hipótesis de negocio en marcha. Por esto, tener como mano derecha a un profesional con conocimientos contables y financieros que esté actualizado en los temas de economía, política y mercado, tanto a en términos locales, como internacionales, puede ser una gran ayuda.
El rol del contador como asesor financiero se ha fortalecido con la aplicación de los Estándares Internacionales ya que el objetivo de estos marcos es que las empresas emitan su información financiera lo más ajustado posible a su realidad económica, tomando como base para ello la aplicación de diferentes lineamientos, que van desde las cualidades de la información, hasta directrices para el reconocimiento, medición y revelación de información financiera. Por su parte, el asesor financiero está en la capacidad de diagnosticar, analizar, interpretar, concluir y realizar recomendaciones con base en la información financiera de la entidad y del sector a la que esta pertenece, a fin de realizar proyecciones para inversión, financiación, ampliaciones locativas, entre otros factores que inquietan a los usuarios.
El profesional contable que ejerza como asesor de costos y presupuesto puede encargarse de la elaboración del presupuesto de producción, y tiene la capacidad de identificar falencias o cuellos de botella en los procesos y proponer mejoras a los mismos. De igual forma, puede implementar sistemas o modelos de costo según la empresa que tenga a cargo, actualizar o sistematizar las transacciones asociadas al inventario y controlar y auditar los inventarios, entre otras funciones que puede dirigir.
Continúe con la lectura de este editorial en el siguiente enlace Roles que puede asumir un contador público, en el que abordaremos el rol del contador como consultor de Estándares Internacionales, gerente, docente, investigador, revisor fiscal, auditor interno y externo.
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