Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Para Fedesarrollo, las mujeres tienen mayor probabilidad de estar concentradas en trabajos administrativos y rutinarios que están siendo reemplazados por la inteligencia artificial y los robots.
Políticas y programas de tecnologías, inserción laboral y emprendimiento deben tener un enfoque de género.
En lo corrido de este año la tasa de desempleo de las mujeres se mantiene en 16,3 % frente a un 10 % en los hombres. Sumado a lo anterior, tres de cada cuatro puestos de trabajo que se perderían en los próximos 10 años debido a la automatización serían trabajos realizados por mujeres.
Según la investigación ¿Qué hacer en equidad de género en el futuro del mercado laboral?, elaborada por Fedesarrollo, lo anterior se debe a que las mujeres tienen una mayor probabilidad de estar concentradas en trabajos administrativos y rutinarios que están siendo reemplazados por la inteligencia artificial y los robots. Además:
Las mujeres tienden a formarse en menor proporción en programas relacionados con tecnología. El proceso de automatización y los cambios en las preferencias de los consumidores debido al COVID-19 están generando demanda en sectores de la economía en expansión con una presencia mayoritaria de hombres.
Entre las causas de la brecha de género, se destaca que en la educación superior las mujeres en Colombia tienen una menor probabilidad de escoger programas de ciencias tecnológicas, ingenierías y matemáticas.
Estos programas son los que más están creciendo en demanda en la educación superior. Las mujeres enfrentan mayores desafíos para adoptar cambios tecnológicos en sus negocios o para desarrollar ciertas habilidades para sus trabajos, entre otras razones, debido a la escasez de tiempo relacionada con las tareas domésticas y del cuidado.
En áreas rurales y alejadas del sistema de las ciudades, la falta de conectividad a dispositivos y el costo de los datos representan barreras adicionales para que las mujeres encuentren empleo.
Por otra parte, las mujeres inician su etapa empresarial más por necesidad (buscan la flexibilidad de horarios por sus responsabilidades del cuidado y/o desempleo prolongado) que por oportunidad (con el fin de responder a una necesidad del mercado), negocios que se concentran principalmente en el sector de servicios y comercio, educación y salud.
Debido a que los cambios tecnológicos están afectando de forma diferenciada a las mujeres, es crucial que todas las políticas de educación formal y no formal y los programas de tecnologías, inserción laboral y emprendimiento tengan un enfoque de género.
Este enfoque debe ser transversal, es decir, debe repercutir en todos los programas cuya población prioritaria sean las niñas, jóvenes y mujeres adultas. Esta transversalidad debe tener en cuenta interseccionalidades claves, como la edad (relacionada con el nivel de adopción tecnológica), el nivel socioeconómico y la ubicación geográfica.
Todos los programas que hagan transversal el enfoque de género deben tener imágenes y utilizar un lenguaje inclusivo. Esto último implica la inclusión permanente de mujeres en roles de tecnología y en áreas con presencia mayoritaria de hombres.
Estas iniciativas pueden promover que más mujeres se postulen, ya que se ven reflejadas en los anuncios, y también pueden promover cambios en los estereotipos.
Avanzar en la integración de las mujeres en áreas priorizadas en la reactivación económica y tradicionalmente con presencia mayoritaria de hombres, como los sectores de transporte, construcción y tecnología.
De igual forma, se debe crear una política nacional para la inclusión de las niñas en ciencias tecnológicas, ingenierías y matemáticas.
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