Para Eduardo Lora, la próxima reforma tributaria debe acabar con la mayoría de exenciones tributarias.
Mucha gente que gana más de 6 millones de pesos mensuales cree que es de la clase media.
Hay que ponerle fin al día sin IVA porque es una iniciativa contraria a la moral tributaria y regresiva.
Eduardo Lora, economista, investigador de fenómenos económicos y sociales en entidades como Fedesarrollo, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Universidad de Harvard, explica que en una futura reforma tributaria se puede determinar que el 1 % de las personas que ganan 6 millones de pesos mensuales paguen más impuestos de forma progresiva.
Creo que es muy sencillo: debe haber progresividad a todo lo largo de la escala de ingresos de las personas, no importa la fuente de esos ingresos, empezando desde los 6 millones de pesos mensuales.
Eso es el 1 % más rico de todas las personas que producen ingresos, que en total son unas 25 millones de personas.
Luego, la respuesta es que deberían pagar impuestos unas 250.000 personas, y deberían hacerlo en forma progresiva, lo que quiere decir que la tasa efectiva subiría con el ingreso, digamos desde un mínimo de 1 % para quienes ganan 6 millones mensuales hasta 30 % para quienes son los más ricos de todos.
De la forma que acabo de explicar, nadie de la clase media pagaría impuestos. El problema es que en Colombia mucha gente que gana más de 6 millones de pesos mensuales cree que es de la clase media.
Definitivamente. En su mayoría son arbitrarias y simplemente reflejan el poder de cabildeo del sector correspondiente, o el capricho del último presidente, que viene a ser lo mismo.
Con un presidente que se involucre en la negociación política de la reforma y esté dispuesto a jugarse su capital político para lograrlo.
De paso, vale la pena mencionar que las propuestas de reforma tributaria de Gustavo Petro que hay sobre la mesa no difieren mucho de la propuesta que hizo Carrasquilla, excepto en lo referente al IVA
Porque es una iniciativa populista, contraria a la moral tributaria, totalmente regresiva y muy costosa para el fisco.
Está andando una reforma que cuenta con el apoyo técnico del BID, precisamente para reducir la evasión.
La clave con el nuevo Gobierno será que continúe con ese proyecto y, sobre todo, que nombre a un director capaz y honesto; además, que cuente con el respaldo del presidente y de los partidos políticos para remover al personal que no reúna los estándares profesionales que requiere una Dian moderna o que esté incriminado en prácticas corruptas, cubrir a los evasores o manipular información.