Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Las nuevas tecnologías podrían ser sinónimo de nuevos dilemas éticos para los contadores según el más reciente informe de IESBA.
Aunque los contadores no necesitan ser expertos, los clientes esperan un nivel de familiaridad con las tecnologías con las que trabajan.
Conoce más detalles.
Las nuevas tecnologías han permitido que los contadores hagan mucho más por sus clientes, pero con esta virtud también surgen los problemas éticos, particularmente respecto a ítems como la objetividad, la independencia y la competencia.
La anterior es la conclusión del reporte Technology working group phase 2, publicado por el Consejo de Normas Internacionales de Ética para Contadores –IESBA–:
Aunque los problemas éticos planteados por la tecnología que avanza rápidamente en la profesión no son necesariamente nuevos, esta ha creado nuevos contextos para que prevalezcan en el mundo digital.
En términos de competencia, el informe establece que, si bien los contadores no necesariamente necesitan ser expertos, se espera un cierto nivel de familiaridad con las tecnologías con las que trabajan, lo que algunos clientes dicen que todavía es insuficiente:
Los contadores a menudo carecen de la experiencia práctica y el conocimiento de inteligencia artificial, blockchain/criptomonedas y análisis de datos para saber qué tipo de preguntas hacer, cómo identificar y mitigar ciertos riesgos y errores, y cómo medir la confiabilidad de las tecnologías de transformación.
Cuando los contadores realmente participan en la toma de decisiones, pueden carecer de una comprensión adecuada de la tecnología con la que están tratando.
Esto a su vez puede conducir a una posible percepción errónea de los riesgos y controles asociados con dicha tecnología y una falta de competencia profesional para determinar si es adecuada.
Se observa que el potencial de malentendidos con los desarrolladores de software y los tecnólogos también aumenta cuando los auditores no están adecuadamente calificados.
Los clientes que participaron en el informe dijeron que un contador razonablemente competente debería ser capaz de:
El informe también encontró que la tecnología plantea problemas cuando el contador mantiene una mente abierta. En particular, se ha señalado una tendencia en la que ciertos contadores confían más en los resultados del software que en su propio juicio humano, predisponiéndose así a la máquina.
Las personas confían cada vez más en lo que la máquina decide, por lo que existe una preocupación de los clientes de que la naturaleza cada vez más automatizada del trabajo de contabilidad ha comenzado a disminuir el conocimiento básico de las personas.
El informe indica que, frente a la anterior situación, los contadores con menos experiencia que hacen parte de un equipo y nunca han estado involucrados en la creación del informe y la comprensión de su propósito serán menos capaces de identificar lo que puede ser inapropiado o incorrecto, y probablemente no podrán proporcionar la base de explicación del informe.
El informe también publica que las herramientas de software personalizadas que ofrecen algunas firmas de contabilidad también podrían plantear problemas de independencia, particularmente cuando se trata de análisis de datos.
Cuando las empresas ofrecen estas herramientas de análisis de datos a otras empresas que auditan o que pueden convertirse en clientes de auditoría en el futuro, puede surgir un conflicto cuando son utilizadas para analizar datos que luego se convertirán en el tema de la auditoría.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
