El reconocimiento, medición inicial y posterior de los pasivos, y la clasificación de ellos como corrientes y no corrientes, son aspectos generales que no se deben perder de vista al momento de abordar este importante elemento del estado de situación financiera.
Estos temas son tratados a continuación.
Al igual que los activos y patrimonio, los pasivos son un elemento del estado de situación financiera, los cuales se abordan en la NIC 1 y en la sección 3 del Estándar Internacional para Pymes.
El párrafo 4.26 del marco conceptual para la información financiera define un pasivo como una obligación presente para la entidad de transferir un recurso económico como resultado de sucesos pasados.
A continuación trataremos los aspectos más relevantes sobre su reconocimiento y medición:
De acuerdo con el párrafo 2.39 del Estándar Internacional para Pymes, una entidad reconocerá un pasivo en el estado de situación financiera cuando:
La medición es el proceso de determinación de los importes monetarios en los cuales una entidad mide los activos, pasivos, ingresos y gastos en sus estados financieros; para ello la norma establece dos momentos:
Esta medición se origina cuando el hecho ocurre por primera vez, es decir, en el momento del reconocimiento o registro contable. Para el caso de los pasivos, esta medición se realiza al costo histórico (párrafo 2.46 del Estándar Internacional para Pymes).
Significa valorar nuevamente el saldo de una partida para luego registrarla en los estados financieros, el párrafo 2.47 indica que una entidad medirá los pasivos financieros básicos al costo amortizado. Por su parte, los demás pasivos financieros se medirán al valor razonable, salvo si se requiere o permite una medición conforme a otra base.
La mayoría de pasivos distintos a los financieros se medirá por la mejor estimación del importe que se requriría para liquidar la obligación en la fecha sobre la cual se informa (párrafo 2.51 del Estándar Internacional para Pymes).
Un punto importante que no debe perderse de vista es que los pasivos deben estar categorizados de forma separada como «corrientes» y «no corrientes» en el estado de situación financiera, salvo que una presentación basada en la liquidez proporcione información fiable más relevante.
Una entidad deberá clasificar sus activos como corrientes cuando cumpla las condiciones que se indican a continuación; en caso contrario deberán ser clasificados como pasivos no corrientes.
Por tanto, conforme a lo establecido en el párrafo 4.7, una entidad clasificará un pasivo como corriente cuando:
Este tema hace parte de nuestra Cartilla Práctica Manual para la aplicación de Estándares Internacionales en Pymes.
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