Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Para Anif, las políticas que busca implementar el Gobierno para mejorar el empleo formal en el país no solucionarían los problemas estructurales, los acentuaría.
Aunque el objetivo debe ser reducir la informalidad, se debe incentivar la creación de empleos de calidad ajustados a la realidad del mercado.
La pandemia dejó a Colombia con un desempleo elevado, un bajo nivel de empleo formal y de calidad, mayores brechas de género y profundidad en las disparidades regionales.
Teniendo en cuenta que el empleo es la principal fuente de ingresos de los hogares, en su comentario económico del día Propuestas para alcanzar un mercado laboral incluyente que genere empleo formal de calidad, Anif indica que es importante implementar medidas que promuevan la generación de empleo formal y de alta calidad a lo largo de todo el territorio nacional que incentiven la creación de empresas formales y en las cuales se generen oportunidades de trabajo para todos.
Comparado con los otros países de la región, Colombia históricamente ha mostrado altas tasas de desempleo, incluso en épocas de alto crecimiento económico. Además, desde el punto de vista de Anif:
Lo que no permite que el desempleo baje significativamente son las barreras regulatorias que excluyen principalmente a los grupos más vulnerables de la población.
El reto para la entidad está en tres puntos: facilitar la creación de trabajo formal de calidad en todas las regiones, reducir la brecha de género en el mercado laboral y eliminar las barreras que tienen los jóvenes para ingresar al escenario laboral.
La ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, ha dado a conocer algunos puntos que serían los pilares de la reforma laboral que se presentaría en los próximos meses.
En sus declaraciones ha descrito cinco pilares, como son: i) acceso a un empleo digno, ii) salario mínimo vital, iii) estabilidad laboral, iv) protección especial a la mujer y v) menores estudiando y no trabajando. Para Anif:
A la hora de revisar cómo se pretenden llevar a cabo esas medidas, nos encontramos con políticas que no solo no solucionarían los problemas estructurales que hoy tiene el mercado laboral, sino que, por el contrario, los acentuaría.
Como parte de sus pilares de empleo digno y estabilidad laboral, la ministra ha repetido en varias ocasiones que la reforma buscará eliminar los contratos por prestación de servicios en el sector público y la tercerización laboral en general.
El argumento que se da desde el Gobierno es que, bajo esas modalidades, los trabajadores no cuentan con los mismos mecanismos de protección y seguridad laboral que aquellos que cuentan con contratos a término fijo o indefinido:
Esas declaraciones van en contra de las realidades del mercado laboral colombiano. Si bien el objetivo común es reducir los niveles de informalidad y generar un mayor bienestar a los trabajadores, el camino debe ser incentivar la creación de empleos de calidad que se ajusten a las dinámicas del mercado, no restringirlos.
Datos de Anif muestran que el 11,1 % de los ocupados trabaja menos de 20 horas a la semana; ese porcentaje aumenta a 17,9 % cuando se habla de aquellos que son cuenta propia.
Lo anterior indica que hay un número importante de la población que actualmente trabaja por horas. Esas personas hoy no pueden hacer parte del empleo formal, por lo que no pueden cotizar a salud y pensiones y, por ende, tienen peores condiciones de vida que aquellos que sí están en la formalidad.
Si una eventual reforma avanza en esa dirección, no solo no aborda esta problemática, sino que elimina los mecanismos mediante los cuales esa población puede desempeñarse con mayor flexibilidad, dadas las características de su trabajo.
En síntesis, se está buscando mejorar las condiciones laborales solo de los pocos que queden en la formalidad, luego de excluir estructuralmente al resto de la población de la oportunidad de formalizarse.
Para el cierre de este año la inflación se encontrará en niveles del 12 %, lo cual es por ley lo mínimo que debe subir el salario mínimo para 2023. Además, según cálculos de Anif, la productividad total de los factores será de 1,4 en 2022. Por lo tanto, cualquier alza del salario mínimo por encima del 14 % sería perjudicial para la generación de empleo en el país.
Pero teniendo en cuenta las declaraciones hechas por el presidente Petro en campaña y varios de sus asesores que comentaron la posibilidad de aumentarlo en porcentajes históricos, todo parece indicar que el aumento será de una mayor magnitud.
Ramírez también habló de un “salario mínimo vital” que correspondería a beneficios de educación, vivienda, salud y otros que complementarían el salario.
En ese sentido, se estaría buscando aumentar los costos laborales (con la subida en términos reales que se estaría planeando para el mínimo en 2023) y los costos no laborales en los que tendría que incurrir una empresa para contratar formalmente a una persona. En 2021 los costos no laborales representaban el 61 % del mínimo.
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