Después de la pandemia, atravesando inconvenientes, el sector privado sigue demostrando resiliencia. No es fácil la creación y el sostenimiento de las empresas. Impuestos nacionales, departamentales, distritales, municipales, costos laborales altos y exceso de normas que terminan afectando la actividad empresarial y los nuevos emprendimientos que buscan abrirse camino.
La reunión del presidente Gustavo Petro con un grupo de empresarios en Cartagena es una buena señal para alcanzar el acuerdo nacional. Los sectores productivos, comprometidos con el desarrollo del país y de sus entornos, necesitan respaldo para mantenerse en medio de escenarios con desaceleración económica acentuada, altas tasas de interés e inflación anual a octubre de 10,48 %.
Realidad económica que se ve reflejada en la competitividad de las empresas. El Gobierno nacional debe tener en cuenta las demandas que los gremios han manifestado con la finalidad de ayudar en la recuperación de los sectores que más inconvenientes presentan. No hay que desconocer los sacrificios que realizan los empresarios para cumplir sus obligaciones legales y generar empleo formal.
De acuerdo con el Dane, la tasa de desempleo para el mes de octubre se ubicó en 9,2 %, menor en 0,5 % con relación al 9,7 % del año 2022, y 0,1 % menor al mes de septiembre, donde alcanzó el 9,3 %. La informalidad es superior al 50 %; durante el trimestre agosto-octubre fue de 55,7 %. Reducir la informalidad e incentivar nuevos empleos para toda la población, es en ese aspecto donde hay que centrar el debate para la aprobación de la reforma laboral que el Gobierno busca sacar adelante.
Los problemas económicos inciden en la dinámica del mercado laboral. La productividad durante el tercer trimestre fue de -1 %; cifra a tener en cuenta en la mesa de negociación por el Gobierno, sindicatos y centrales obreras para la negociación del salario mínimo del año 2024, que devengarán más de dos millones de trabajadores. Es necesario un incremento justo que garantice un nivel de vida digno a los empleados, evitando problemas de tipo inflacionario por los bienes y servicios que aumentan con el alza del salario mínimo.
En el informe de Política Monetaria presentado en el mes de noviembre, el Banco de la República modificó la estimación de crecimiento del PIB de 0,9 % a 1,2 % para este año 2023; para el 2024 la proyección es de 0,8 %. Los pronósticos de la Ocde y el Banco Mundial establecen crecimiento para Colombia a tasas moderadas en 1,4 % y 2,1 % respectivamente durante el año 2024. Los sectores productivos se estancan, las inversiones nacionales y extranjeras se frenan sin una economía saludable. Es momento para repensar el diseño de políticas públicas que incentiven la actividad empresarial sin consecuencias negativas para el medio ambiente.
Roberto Carlos Torres Aguas.
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