Acopi plantea que se podrían disminuir temporalmente salarios hasta en un 30 %, sin afectar a quienes ganan el mínimo.
Para Fenalco, el pago de nóminas debería ser compartido entre el Gobierno, empresarios y trabajadores.
Para la Andi, se podrían activar mecanismos de subsidio directo al empleo.
Acopi plantea que se podrían disminuir temporalmente salarios hasta en un 30 %, sin afectar a quienes ganan el mínimo.
Para Fenalco, el pago de nóminas debería ser compartido entre el Gobierno, empresarios y trabajadores.
Para la Andi, se podrían activar mecanismos de subsidio directo al empleo.
Aunque desde el 27 de abril de 2020 algunos sectores económicos se han reactivado paulatinamente, son muchos los puestos de trabajo que se han perdido, motivo por el cual las diferentes agremiaciones nacionales se han manifestado y han dado ideas para proteger el empleo.
Acopi, gremio de las mipymes, ha planteado que podría darse la disminución temporal de los salarios hasta en un 30 %, sin afectar a los que ganan un salario mínimo.
De igual forma, describe tres escenarios donde el Gobierno nacional podría subsidiar la nómina de los trabajadores formales del país, que, según cifras de la entidad, son 9,2 millones de personas, mientras no puedan salir a operar.
Un primer escenario es de 7,1 billones de pesos mensuales, el segundo es de 4,9 billones y el tercero de 3 billones. En este orden alcanzaría para cubrir un 49 %, 34 % y 21 %, respectivamente, del total de los ocupados formales.
El 28 de abril de 2020 la junta directiva de Acopi Bogotá (Cundinamarca) le envió a la alcaldesa de la capital, Claudia López, una carta donde propone algunas estrategias para evitar que continúe «la mortandad empresarial y proteger el empleo».
Una de las medidas es impulsar ante el Gobierno Nacional el establecimiento de un subsidio del 70 % de la nómina de las mipymes para evitar despidos masivos de empleados y procesos de insolvencia que lleven a la liquidación de miles de empresas bogotanas.
La más reciente encuesta hecha por Fenalco, con datos recolectados entre el 21 y 25 de abril del año en curso, muestra incertidumbre sobre el próximo pago de la nómina en los establecimientos que permanecen cerrados, pertenecientes a sectores como el de vestuario, calzado, joyería, papelería, ferreterías, automotor, entre otros.
Jaime Alberto Cabal, presidente de la entidad, ha dicho que se debe tomar el ejemplo de otros países, para que el pago de nóminas sea compartido de manera tripartita entre el Gobierno, empresarios y trabajadores.
«Es inminente la necesidad de que, mientras dure la emergencia, las nóminas sean cofinanciadas por partes iguales entre los empresarios, el Gobierno y la colaboración de los trabajadores, dado que hoy el artículo 50 del Código Sustantivo del Trabajo permite hacer acuerdos temporales para recomposición de las condiciones laborales», explicó Cabal.
El dirigente gremial ha dicho que esta alternativa ya se ha aplicado en países como como Francia, España y Chile, y tiene como objetivo «garantizar la estabilidad de los empleos y la supervivencia de las empresas».
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, ha afirmado que gran cantidad de empresas están paradas y disponen de pocos días de caja, aun si lo dedican exclusivamente a atender nómina; hay un inmenso efecto sobre los empleadores informales, que simplemente no están pudiendo trabajar.
«El empleo es, sin duda, la variable que más nos debe preocupar. Recordemos que Colombia tiene un poco más de 22 millones de ocupados; de estos, el 50 % son trabajadores informales. ¿Cuántos de estos no pueden trabajar por depender sus oficios de la interacción social?», dicen en entrevista con Portafolio.
Mac Master indica que al cruzar sectores afectados en Colombia con sus niveles de empleo, nos encontramos con que el 57,6 % de los empleos tiene alta vulnerabilidad.
En la entrevista, el dirigente gremial ha dicho que las empresas han expresado su decisión de invertir prioritariamente hasta el último peso en mantener las nóminas. Esto, por supuesto, tiene un límite dado por los recursos disponibles.
«Hemos argumentado que la mejor forma de hacerlo es a través de créditos automáticos garantizados por el Estado. Hay la idea de que se podrían activar mecanismos de subsidio directo al empleo, que son supremamente interesantes, pero requieren de inmensos esfuerzos fiscales», dice.