La OCDE busca que las multinacionales paguen más impuestos, pero para los países de la región no habría justicia tributaria, por lo que se busca crear una iniciativa para estos.
Se deben recaudar los recursos de grandes multinacionales.
Así se reduciría la evasión y elusión de los países de la región.
Con la idea de lograr una mayor cooperación y justicia tributaria entre los países de América Latina y el Caribe, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, con el apoyo de la Dian y Fedesarrollo, lanzó la iniciativa Hacia una tributación global más incluyente, sostenible y equitativa.
Se trata de una propuesta que busca reducir la evasión y elusión de los países de la región, y así aumentar el recaudo y financiar la recuperación y la crisis de precios.
Desde el punto de vista del ministro, las políticas tributarias nacionales son ineficaces, ya que hay una ausencia de coordinación regional creada por la globalización y la alta movilidad de los capitales, funciones empresariales y activos tangibles e intangibles:
La arquitectura internacional tributaria no cuenta con espacios de colaboración efectiva para los países de América Latina y el Caribe, que han compartido una tradición tributaria que podría hacer grandes aportes al debate de la política tributaria global.
El documento indica que la alineación de la política tributaria internacional de nuestros países permitirá maximizar la consecución de recursos para invertir en la recuperación económica posterior a la pandemia y en un mayor crecimiento en el escenario inflacionario que se vive actualmente a nivel mundial.
El @MinHacienda, @JoseA_Ocampo, explica en qué consiste la iniciativa que busca una mayor #JusticiaTributariaGlobal para los países de LatinoAmerica y el Caribe #FinanzasSanas
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— MinHacienda (@MinHacienda) January 17, 2023
Lo anterior será posible porque la coordinación permite disminuir la evasión, elusión y planeación agresiva, con lo cual es posible aumentar el recaudo y la movilización de recursos de la inversión extranjera en nuestra región.
El gran objetivo, como lo explicó Ocampo, es poner un mayor impuesto a las grandes multinacionales y las personas que más dinero tienen para buscar reducir la desigualdad:
Lo que buscamos con esta iniciativa es recaudar los recursos de las grandes multinacionales y los “ultrarricos” que dejan de pagar, para que nuestra región y, en general, el sur global, tengan la posibilidad de acceder a mayores recursos para financiarse.
La solución de 2 pilares entregada por el marco inclusivo de la Ocde es un paso adelante, pero no aborda todas las preocupaciones que tienen los países de la región respecto a la inadecuación de las normas fiscales internacionales actuales frente al panorama de la globalización y la movilidad de los factores de producción y de los individuos de altos patrimonios.
Es necesario que las discusiones globales continúen hasta que encontremos soluciones sostenibles y equitativas. Por lo tanto, el acuerdo global del pilar 1 y pilar 2 no debe verse como el final del camino; debemos comenzar a pensar en soluciones que vayan más allá del acuerdo actual, con un enfoque diferente para el sur global.
Queda mucho por hacer en tres áreas para representar mejor los intereses de los países de la región:
Un primer punto se relaciona con reasignación de derechos tributarios. Se solicita a los países firmar una convención multilateral a finales de este año para implementar el pilar uno, «pero la Ocde no ha publicado una evaluación de impacto para garantizar que la decisión de nuestros países de firmar el convenio multilateral es conveniente para nuestros intereses».
La crítica en este punto es que el pilar uno no aborda el sesgo actual en la asignación de derechos impositivos hacia las economías desarrolladas. Si bien puede verse como una solución provisional, se debe permitir que los países consideren medidas complementarias y alternativas.
Por otra parte, el pilar dos pretende limitar la competencia fiscal perjudicial entre países y obligará a todos los países a repensar cómo atraen inversiones extranjeras directas y cómo se involucran en políticas industriales diseñadas para expandir el empleo y elevar los niveles de vida.
Los países en desarrollo y las economías emergentes podemos trabajar juntos para repensar el diseño de los incentivos a la inversión hacia otras intervenciones fiscales.
Finalmente, la tributación de la riqueza.
Queda mucho por hacer para abordar la escala de la riqueza extraterritorial, comenzando por aumentar la transparencia de la propiedad de la riqueza y mitigar la competencia fiscal para atraer a personas ricas.