Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

La alta gerencia debe procurar que su organización se vuelva una empresa ágil


En la vida práctica, los gerentes o líderes empresariales deben decidir todos los días entre apoyar la innovación o administrar los riesgos corporativos, decisión que no es sencilla en un país como el nuestro, en donde estamos acostumbrados a que los resultados deben ser inmediatos y los inversionistas prefieren tener algún dividendo ahora, en lugar de promesas muy prósperas a largo plazo.

Innovar en la mayoría de los casos requiere de investigación y tiempo, lo que tiene un costo considerable, razón por la cual la alta gerencia debe procurar que su organización se vuelva una empresa ágil, teoría con bastantes adeptos en la literatura de la alta gerencia.

Las corporaciones y pymes ágiles se acomodan rápidamente a los cambios, preparan a su personal y mejoran continuamente la forma en que crean valor; involucran e inspiran a las personas en torno a causas grandes e intrépidas, no alrededor de objetivos a corto plazo. Su información, incluyendo los estados financieros, es transparente y accesible, lo que facilita la autorregulación, la innovación, el aprendizaje y el control.

Las entidades ágiles buscan que todos sus empleados –a quienes llaman “asociados” según esta teoría– se centren en satisfacer las necesidades de los clientes y evitan inmiscuirse en conflictos de interés, como el de utilizar materias primas potencialmente perjudiciales para la salud o el medio ambiente, o el pago de prebendas para lograr contratos.

Estas empresas fomentan la innovación concediéndole libertad para actuar a sus asociados (empleados) y confían en su buena fe, pero no los despiden cuando fallan en sus intentos de conseguir nuevos productos, servicios o procesos.

Entienden que los ambientes VICA son cada día más intensos y que el cambio debe hacerse lo más rápido posible.

Es verdad que la tecnología juega un papel preponderante, pero por ahora, o al menos hasta que la inteligencia artificial pruebe lo contrario, solo los empleados pueden garantizar la adaptación de la compañía a estos tiempos cambiantes.

Las empresas ágiles deben conocer su entorno y procurar anticiparse a sus cambios; algo así como prever el futuro, bueno, cuando eso es posible.

El entorno es fuente de muchas oportunidades de negocios y el origen de sinnúmero de proyectos de innovación en productos y servicios. Es el caso de la internet, que surgió del análisis de las necesidades del entorno en donde se detectó que los seres humanos requeríamos de comunicación instantánea y fácil, lo cual era posible utilizando algo creado para la comunicación militar, como fue en sus inicios la web.

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En una próxima oportunidad espero poder comentar los otros cinco principios para lograr que una organización se convierta en una empresa ágil.

Véase en https://youtu.be/nu-CpsAgghk

Fernando Borda Suarez
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones
Número 5220, agosto 3 de 2020.

Fernando Borda Suarez
Las publicaciones “Contrapartida” son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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