PwC considera a ChatGPT como una herramienta para automatizar procesos en sus servicios de auditoría y consultoría.
KPMG arma propuestas de valor para cautivar nuevos clientes.
Se está alertando a los empleados para que no compartan datos que podrían comprometer la seguridad de las organizaciones.
Las grandes consultoras de servicios tributarios y auditoría se la están jugando por ChatGPT y herramientas de inteligencia artificial –IA– para diversificar la forma de ofrecer sus servicios y capturar nuevos clientes.
PricewaterHouseCoopers –PwC– anunció una inversión millonaria para exprimir al máximo esta inteligencia artificial. Como lo informó The Wall Street Journal, la consultora invertirá 1.000 millones de dólares en esta tecnología en los próximos tres años. Dicha inversión incluye acuerdos de colaboración con Microsoft y OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT:
En PwC quieren usar ChatGPT para automatizar ciertos procesos de sus servicios tributarios, de auditoría y de consultoría. Para lograrlo contratarán a expertos en el campo, formarán a su plantilla y también plantean la adquisición de empresas que desarrollan soluciones de inteligencia artificial.
Desde el punto de vista de Mohamed Kande, directivo en PwC, una vez se entrenen y evalúen estos modelos y se ajusten a los objetivos, se usarán para redactar rápidamente informes, preparar documentos de compliance, analizar y evaluar estrategias de negocio:
Se trata de usar la IA generativa para que la empresa funcione de forma más eficiente. Abrazar esta tecnología es crítico.
Por su parte, KPMG prohibió que su personal usara ChatGPT hace cerca de dos meses. Sin embargo, permitió que ciertos profesionales vinculados con áreas de tecnologías de la información experimentaran con la herramienta, con el fin de descubrir casos de uso, y la búsqueda fue exitosa.
Es así como KPMG Australia está utilizando una versión personalizada de ChatGPT para ayudar a armar propuestas de ventas y ganar nuevos clientes. Se trata de una aplicación de chatbots de inteligencia artificial que reducirá drásticamente el tiempo dedicado “a lo que es una parte temida del trabajo de consultoría”.
La herramienta KymChat puede acceder de forma segura a datos internos para encontrar rápidamente expertos dentro de un equipo de consultoría de 10.000 personas para usar en propuestas.
John Munnelly, director digital de KPMG, dijo al respecto:
El primer caso de uso es encontrar personas en el negocio. Por ejemplo, si preguntamos: “¿Con quién hablo sobre precios de transferencia en Sydney?” le devolverá un montón de nombres de personas que tienen esas habilidades en su CV interno. Entonces podemos pedirle: “Escríbeme un resumen de 200 palabras para este especialista” y colocarlo directamente en la propuesta.
A finales de marzo, EY anunció una colaboración estratégica más profunda con Microsoft para desarrollar EY Intelligent Payroll Chatbot como parte de su plataforma de nómina de próxima generación.
Al aprovechar Microsoft Cloud y Azure OpenAI Service, mejorados por la inteligencia colectiva de las ofertas de nómina de EY, los clientes podrán modernizar la atención de los empleados de nómina; mejorar la satisfacción de los empleados; automatizar los controles, cheques y flujos de trabajo del administrador de nómina; y aprovechar los conocimientos estratégicos para nutrir la fuerza laboral del mañana.
Se espera que el chatbot generativo de IA mejore tanto la satisfacción de los empleados como los indicadores clave de rendimiento de resolución del primer contacto en más del 50 %, con la ayuda de un resultado inicial del 93 % de índice de respuestas correctas por primera vez, basado en los resultados de la prueba de concepto.
Desde Deloitte España se han tomado precauciones. Así lo demuestra un correo electrónico interno enviado en abril. “No se debe aportar a estas plataformas de IA información confidencial propiedad del cliente, de terceros o de Deloitte”, dice una frase del texto de cuatro páginas remitido a los trabajadores de la compañía, según lo publicó el diario El País.
Según este texto, la empresa, con más de 8.000 profesionales en España, avisa que cualquier uso de ChatGPT o herramientas similares debe contar antes con su aprobación.
Si los datos ingresados son almacenados en un servidor o base de datos, existe un riesgo potencial de que sean divulgados a terceros sin autorización, bien sea por fallas de seguridad, ciberataques o violaciones de datos.
La Unión Europea quiere regular ChatGPT por sus efectos sobre la privacidad de los usuarios, su potencial para difundir desinformación y la posible destrucción de empleo.
Además, uno de sus principales miembros, Italia, ha ido aún más lejos y ha optado por bloquear el acceso por incumplir la normativa de protección de datos, al considerar que recoge datos de los usuarios de manera ilegal.
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