La OIT advierte que la falta de recursos y la disminución de generar ingresos laborales en edades avanzadas pueden llevar a situaciones de pobreza en la vejez.
El desempeño de los sistemas de protección social se relaciona con el cumplimiento de tres objetivos: cobertura, suficiencia y sostenibilidad.
La Organización Internacional del Trabajo –OIT– alertó sobre un deterioro de la cobertura de protección social en la vejez que deja a 34,5 % de los mayores de 65 años sin ningún tipo de ingreso laboral ni pensional.
Así lo ha indicado en su nota técnica Panorama de la protección social en América Latina y el Caribe, publicado en diciembre de 2022:
La proporción de personas mayores sin ingreso laboral ni pensión aumentó de 31,9 % en 2019 a 34,6 % en 2020 y 34,5 % en 2021. Esta brecha de cobertura es la más alta desde el año 2012.
Enfocándose en América Latina y el Caribe, un 46,8 % de los mayores de 65 años recibe únicamente pensión, un 5,1 % recibe ingreso laboral y pensión, mientras que 13,6 % reporta solo ingreso laboral. En total, solamente el 51,9 % reciben una pensión.
La pandemia visibilizó la importancia de los sistemas de protección social, entendidos como el conjunto de políticas y programas que garanticen una cobertura integral frente a los distintos riesgos sociales a lo largo del ciclo de vida.
La falta de recursos como ahorros u otras fuentes privadas y la disminución de la capacidad para generar ingresos laborales en edades avanzadas puede llevar a situaciones de pobreza en la vejez.
La OIT recuerda en este documento que el desempeño de los sistemas de protección social y sus desafíos se relacionan con el cumplimiento de tres objetivos: cobertura, suficiencia y sostenibilidad.
Para la OIT, los sistemas contributivos de pensiones permiten asegurar una continuidad en los ingresos, en la medida en que se cumpla con los requisitos de edad y años de cotización requeridos para la obtención del beneficio, lo que depende, entre otras cosas, de contar con una trayectoria laboral formal.
Frente a los sistemas pensionales no contributivos, estos constituyen la respuesta para cerrar las brechas de seguridad económica en la vejez, garantizando un piso de protección social en pensiones. En la región se registran 19 programas de pensión no contributiva.
El análisis de la OIT dice que las dificultades para alcanzar los objetivos de cobertura, suficiencia y sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones se han agudizado luego de la pandemia.
El contexto pospandemia presenta mayores incertidumbres sobre la capacidad de retomar el crecimiento económico, menores espacios fiscales, aumento de las presiones inflacionarias e incremento del costo del crédito, entre otros.
También se presentan factores estructurales tradicionales que presionan a los sistemas de pensiones como la alta informalidad, disrupciones en la organización de la producción y el trabajo, el envejecimiento de la población y el incremento en las tasas de dependencia, y la incidencia de desastres naturales, entre otros.
El documento de la OIT incluye una serie de desafíos para la consolidación de los sistemas de protección social para la población mayor en la región: