Wilmar Franco Franco, presidente del CTCP afirma que existe una gran preocupación frente al papel de las instituciones educativas como formadoras de los futuros contadores públicos del país, pero se percibe un cambio de enfoque. Se debe prestar atención a mejorar las capacidades humanas.
Wilmar Franco Franco, contador público, especialista en sistemas de control organizacional y de gestión, con certificación Internacional en Normas Internacionales de Información Financiera, ICAEW, y presidente del Consejo Técnico de la Contaduría Pública también participa en este especial del Día del contador público colombiano 2019. Él asegura que el mercado busca contadores con mayores competencias técnicas y con vocación de mantener un proceso permanente de aprendizaje y desarrollo.
Esto depende del entorno. Los requerimientos de formación de un contador profesional en el mundo están dando mayor importancia al tema de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Por ello, al finalizar su etapa de formación inicial, un contador público debe tener la capacidad para analizar la adecuación de procesos y controles, recomendar mejoras, aplicar las TIC para aumentar la eficiencia y eficacia de los procesos, explicar cómo las TIC apoyan el análisis de datos y la toma de decisiones, y utilizarlas para analizar datos e información, así como para comunicarse y poder influenciar a otros.
Cuando el entorno es local, probablemente los programas de formación no están dando la importancia debida a esta área de competencias técnicas. Un estudio sobre los programas de formación técnica, tecnológica y profesional en las instituciones educativas del país permitiría evaluar de manera más precisa la importancia que este tema tiene en el proceso de formación de los contadores.
El problema no son las Normas Internacionales de Información Financiera y las Normas de Aseguramiento de la Información –NAI– como estándares de aceptación mundial, por cuanto los programas de formación siempre han incorporado estas áreas de formación. Hay que tener una vista más integral de las competencias que debe tener un contador público y considerar otras áreas que son de especial relevancia, tales como la contabilidad gerencial, impuestos, finanzas y gestión financiera, gobierno corporativo, leyes y regulaciones de negocios, tecnologías de la información y las comunicaciones, el entorno de los negocios y organizacional, la economía, y las estrategias de negocios y de gestión.
Mi percepción es que el perfil del contador no se reinventa con las Normas Internacionales de Información Financiera y las NAI; se reinventa si se consideran otras áreas de competencias técnicas que son fundamentales para el ejercicio profesional de un contador en el mundo. En la medida en que los contadores conocen más los Estándares Internacionales se darán cuenta que ellos han estado incorporados en los procesos de formación como contadores en Colombia, y que las normas mencionadas son solo una parte de las competencias técnicas.El mercado busca contadores con mayores competencias técnicas y con vocación de mantener un proceso permanente de aprendizaje y desarrollo. Para ellos siempre habrá un espacio en el mercado. Aquellos que sigan percibiendo la contaduría como un ejercicio meramente instrumental cada vez verán más reducidos los espacios de trabajo en Colombia y en el mundo.
También se requiere dar claridad al alcance que deben tener los programas de formación técnica, tecnológica y profesional. Hoy existen en Colombia 136 instituciones educativas con programas de formación profesional y 61 instituciones de formación técnica y tecnológica.
Los Estándares Internacionales de educación 2, 3 y 4 establecen las competencias técnicas, habilidades profesionales, valores éticos y actitudes de un contador profesional. El conocimiento de estos temas le permitirá acceder con mayor facilidad al mercado profesional. De las áreas de competencias técnicas, la de mayor relevancia es la de tecnologías de la información y las comunicaciones.
Existe una gran preocupación por el tema y se percibe un cambio de enfoque. Lo anterior, dado que deben establecerse estrategias a mediano y largo plazo para mejorar las capacidades humanas, que partan de una evaluación inicial y midan los avances en estas materias. Desafortunadamente, la convergencia se ha entendido como convergencia a los Estándares Internacionales, sin que se hayan incorporado otros elementos de la infraestructura contable, entre los que se incluyen las capacidades humanas.
Evidentemente se han generado cambios, pero desafortunadamente no existen investigaciones que midan estos avances, y es altamente probable que en ciertos grupos de contadores se perciban los avances. No obstante, estos avances posiblemente no apliquen para una gran parte de la población total de contadores. Sería pertinente poder tener información estadística de los contadores públicos en Colombia para poder medir sus avances, pues es altamente probable que muchos se desempeñen en pequeñas empresas, en donde los requerimientos de competencias técnicas son mucho menores que los requeridos para grandes y medianas empresas. Según cifras de Confecámaras, el 93 % de los registros corresponden a microempresas.