Carlos Molano afirma que ya están conformados los 32 comités que están discutiendo la Ley 43 de 1990.
Para Liliana Delgado, conceptos como contador público, contaduría pública y fe pública se deben modernizar.
Diego Matituy es partidario de discutir un nuevo modelo de educación del contador del futuro.
Carlos Molano afirma que ya están conformados los 32 comités que están discutiendo la Ley 43 de 1990.
Para Liliana Delgado, conceptos como contador público, contaduría pública y fe pública se deben modernizar.
Diego Matituy es partidario de discutir un nuevo modelo de educación del contador del futuro.
Carlos Augusto Molano, Yoselín Aguilar, Liliana Delgado y Diego Matituy expusieron en #CharlasConActualícese el papel y las propuestas que están manejando actualmente las comisiones conformadas para modernizar la Ley 43 de 1990 y la revisoría fiscal.
Molano explica que la convocatoria de los 32 comités para discutir la modernización y reformas de la Ley 43 de 1990 ha sido todo un éxito.
«Hoy es una realidad. Ya están todos los comités conformados. Sectores como gremios de la profesión, las universidades, desde el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Comercio, entre otros entes, han mostrado su interés y se han sumado a esta intención», puntualiza.
Para Molano, si el 1 % de los profesionales contables que hay en Colombia participa en este proceso, así como el 1 % de las sociedades de contadores público, este proceso será un éxito.
Liliana Delgado, secretaria técnica del comité del Valle del Cauca dice que, basados en aspectos relevantes, financieros y no financieros, la profesión se debe modernizar.
Para ella, hoy por hoy se deben actualizar las definiciones de contaduría pública, qué es un contador público, qué es la fe pública, entre otros conceptos.
«Se deben definir los lineamientos que caracterizan a los contadores públicos. Estamos en la nueva era tecnológica. Hoy, el contador público como está diseñado no tiene la capacidad de responder a los lineamientos globales. Las bases ya son diferentes teniendo en cuenta el hoy por hoy. Sus habilidades profesionales han cambiado», advierte.
Por otra parte, indica que las universidades deberían tener otro tipo de enfoque, uno que mire de cerca la tecnología.
Delgado también cree que los contadores públicos deben evaluarse «para ver si estamos dando valor agregado a la profesión y a los clientes».
Asegura que, si bien existen diversas organizaciones y gremios, ninguno nos representa a todos.
«La invitación es a que participemos en este proceso democrático. La idea es que haya una mayor participación por parte de los jóvenes contadores o futuros contadores», dice.
Diego Matituy, director de contaduría pública de la universidad EAN y presidente del comité de Bogotá-Cundinamarca y del Oriente es partidario de discutir un nuevo modelo de educación del contador público del futuro.
«Tenemos una gran responsabilidad, nos han abierto la puerta, todos podemos hacer actores principales, participar y debatir. La tecnología, la globalización, la conectividad se han convertido en grandes retos para los contadores públicos. Las organizaciones ya se han reinventado y nosotros lo debemos hacer. En el entorno digital debemos apoyar el desarrollo de empresas sostenibles», dice.
Para él, esta es una gran oportunidad para los contadores públicos, siempre y cuando queramos avanzar.
«Debemos ser ambiciosos y tenemos que ver cómo está el mundo, y analizar la competitividad tanto nacional como internacional. Deben existir nuevas prácticas que apoyen la buena toma de decisiones en las organizaciones, lo que va en el buen camino de las empresas sostenibles», afirma.
Desde su punto de vista, los contadores públicos deben ser competitivos a nivel internacional, los procesos se están automatizando y allí es donde debemos mostrar apoyo a las organizaciones que nos contraten.
Por su parte, Delgado piensa principalmente que el contador debe cambiar su perfil: ofrecer servicios para generar valor; proyección hacia modelar y conocer más de finanzas; valores, ética y buena actitud en el servicio.
Matituy indica que los contadores pasamos de ser tenedores de libros a ser estrategas para tomar decisiones acertadas en las organizaciones, y así estas logren sus objetivos, en medio de una práctica ética.
Para Aguilar es fundamental actualizar el currículo académico de la contaduría en todas las universidades del país, con una orientación del Ministerio de Educación. Además, se debe reforzar lo anterior con la creación de una colegiatura.